En plena transición al coche eléctrico impuesta por la Unión Europea a los fabricantes, Europa sigue apretando con una normativa, la Euro 7, que les obliga a seguir invirtiendo muchos millones de euros en desarrollo para poder cumplir con las exigencias de emisiones en unos motores de combustión que, en principio, tienen fecha de caducidad.
Unas inversiones que, según la Asociación de Constructores de Automóviles Europeos (ACEA), costará a los fabricantes entre cuatro y diez veces más de lo que proyecta el Ejecutivo comunitario. También encarecerá unos 2.000 euros de media cada coche o furgoneta con motor de combustión.
En concreto, los costes se dispararán de media en 2.629 euros para los coches diésel y 1.862 euros para los de gasolina, según un estudio de la consultora Frontier Economics difundido por ACEA.
El aumento de los costes de fabricación para camiones y autobuses con motor de combustión se situará en 11.707 euros adicionales, según el mismo análisis.
La principal patronal de la automoción recordó que la Comisión Europea estima que el aumento de los costes de fabricación será de entre 180 y 450 euros para turismos y furgonetas y de 2.800 euros para camiones y autobuses.
El nuevo análisis se refiere exclusivamente a los costos directos de fabricación, principalmente para bienes de equipo e inversiones, señaló ACEA en un comunicado en el que precisó que esas cantidades no se corresponden directamente con los precios finales que paga el consumidor, que "es probable" que sean "más altos que las cifras citadas en el estudio".
A ello habría que sumar los costes indirectos de la "Euro 7" como un mayor consumo de combustible, que a lo largo de la vida útil de un vehículo podría aumentar en un 3,5%, lo que asciende a 20.000 euros adicionales para camiones de larga distancia y a 650 euros para camiones y furgonetas.
Críticas desde ACEA
Desde que el Ejecutivo comunitario presentó el pasado noviembre su propuesta para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos entre 2025 y 2035, la patronal de la automoción ha criticado la reforma.
Los fabricantes argumentan, entre otros puntos, que supone una carga excesiva de burocracia e inversiones para un período de tiempo muy breve, ya que a partir de 2035 no se podrán vender en Europa vehículos nuevos que emitan CO2.
La principal patronal de la automoción europea insistió en que con la normativa actual "la Unión Europea tiene los estándares más completos y estrictos para las emisiones de contaminantes (como NOx y partículas) del mundo", mientras que las emisiones de escape "ya se encuentran en un nivel apenas medible gracias a la tecnología de vehículos de última generación".
"La industria automotriz europea se compromete a seguir reduciendo las emisiones en beneficio del clima, el medio ambiente y la salud. Sin embargo, la propuesta Euro 7 simplemente no es la forma correcta de hacerlo, ya que tendría un impacto ambiental extremadamente bajo a un costo extremadamente alto", declaró la directora general de ACEA, Sigrid de Vries.
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Encarecerá no, hay que utilizar el subjuntivo: encarezca.
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Lo que debían hacer los fabricantes es decirle a Bruselas: con tantas exigencias, vamos a cerrar las fabricas de Europa y ya verán que hacen con los trabajadores.