El economista y catedrático de la Universidad de Columbia Xavier Sala i Martín considera que los atractivos turísticos de Barcelona pueden jugar en su contra a la hora de aspirar a acoger el proyecto de ocio conocido como Eurovegas.Sala i Martín ha afirmado, en declaraciones a EFE, que las ventajas que Barcelona puede ofrecer al proyecto, como la proximidad al mar y a otros centros de interés turístico y cultural, "puede tornarse en desventaja" dado que Eurovegas es un proyecto destinado a que sus visitantes permanezcan el máximo tiempo en los casinos: "Lo que quieren los promotores de Eurovegas es que la gente esté todo el día dentro del hotel y gaste. Por eso les ponen los mejores casinos, las mejores tiendas, los mejores restaurantes y shows" afirma el economista.
Por este motivo no lo ve tan fácil para Barcelona porque " si tienes demasiada distracción alrededor, si te puedes ir a la playa, a la Costa Brava... entonces esto puede convertirse en una desventaja", añade Sala i Martín. El economista, que reside habitualmente en Estados Unidos, considera que los promotores de Eurovegas buscan un perfil de turista que no salga del complejo, por lo que, desde este punto de vista, una ubicación como Los Monegros hubiera sido una mejor opción que Madrid o Barcelona.
No a excepciones en la ley antitabaco
Sala i Martín considera que sería un error que España hiciera una excepción a la medida de los promotores de Eurovegas en lo que respecta a la legislación antitabaco.La sociedad que promueve el proyecto, Las Vegas Sands Corporation, ha anunciado que, en caso de instalarse en España, una de las leyes que exigirán modificar es la del tabaco.El economista catalán opina al respecto que, aunque él está en contra de las leyes antitabaco porque considera que el gobierno "no debe decir si puedo o no fumar", sería "intolerable" que se relajara la actual legislación sólo para el proyecto Eurovegas."No puede ser que Eurovegas no tenga ley antitabaco y el resto sí", afirma Sala i Martín, ya que cree que esto conduciría al cierre de los restaurantes de Barcelona que sí que tuvieran que cumplir la normativa.