El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, dijo la semana pasada en el Congreso que no había motivos para angustiar a los ciudadanos con las pensiones y que el gasto del sistema será manejable en el futuro. A su parecer, las previsiones más pesimistas no recogen el impacto que tendrá en España la inmigración y la mejora de la empleabilidad de las mujeres.
Es cierto que las proyecciones del INE se basan en un ejercicio que calcula lo que podría pasar en los próximos 15 si se mantienen las tendencias y los comportamientos demográficos actualmente observados. Y como la crisis ha hecho mucha mella en los flujos migratorios en los últimos años, las previsiones en esta materia son muy conservadoras.
Y es que el saldo migratorio fue negativo entre 2010 y 2015, pero volvió a positivo en 2016. El INE hace sus cálculos bajo las hipótesis de un flujo inmigratorio constante y una propensión de la población a emigrar al extranjero también constante y en ambos casos sostenidos en su nivel previsto para 2015. Eso significa 80.449 habitantes más en 2065.
Según la Comisión Europea, España tendrá 137.000 habitantes más en 2070 por los flujos migratorios
La Comisión Europea, en cambio, utiliza una forma de cálculo más compleja, pero más optimista. Tiene en cuenta las tendencias pasadas, la evidencia empírica más reciente y la convergencia parcial a largo plazo. Además, los flujos de inmigración que dependen de la estructura de edad específica de la población nacional se agregan a las proyecciones de migración neta. ¿El resultado? 137.000 habitantes más en 2070, un 70% más de lo que estima el INE.
Las cifras de la Comisión no sustentan las palabras de Escrivá, aunque sí se reconoce que los supuestos para la migración neta suelen ser los más metodológicamente difíciles, con una alta volatilidad en el tiempo y en los países. Es decir, que puede que las cifras reales mejoren a las previstas, lo que sería una buenísima noticia para el sistema de pensiones.
Más mujeres trabajando
La segunda crítica de la Autoridad Fiscal se refería a la falta de estimación de la eventual mejora de la empleabilidad de las mujeres. Y es cierto que las proyecciones del INE en ningún caso hacen referencia al empleo. Se centran únicamente en la mortalidad, fecundidad y la migración. La CE, en cambio, si hace proyecciones de empleo en el 'Ageing Report' y concluye que la tasa de actividad de las mujeres mejorará considerablemente.
En 2017, la tasa de actividad del mercado laboral español se situó en el 58,8%. La de los hombres fue del 64,6% y la de las mujeres del 53,3%. Según la Comisión, la tasa masculina crecerá hasta el 78,8% y la femenina al 76,4%, de forma que se reducirá considerablemente la brecha que hoy en día persiste en el mercado laboral. Así que estas cifras tampoco sustentan la afirmación de Escrivá.
La inmigración y el aumento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo no serán suficientes
Eso sí, a pesar de la mejora de la fuerza laboral que pueden suponer los flujos migratorios y la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo, la tasa de dependencia del sistema, que mide la proporción entre las personas inactivas y las que están en edad de trabajar, pasará del 51% actual al 75%. Y es ahí donde encontramos el mayor reto al que se enfrenta el sistema de pensiones.
En el futuro habrá muchos más pensionistas y menos personas en edad de trabajar. El porcentaje de personas de 65 años o más pasará del 19% actual al 27% y el de los ciudadanos de entre 15 y 64 años, la población activa, pasará del 66% de 2016 al 57% en 2070. Y eso presionará al alza el gasto en pensiones.
Las últimas reformas, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), serán capaces de contener el gasto, pero a costa de las prestaciones. Es decir, que las pensiones serán cada vez más bajas para poder llegar a todos los pensionistas. Según la AIReF, no hay un motivo de alarma, pero lo cierto es que es casi imposible que el sistema siga funcionando como ahora si no se hace nada para remediarlo.