La hora ha llegado. La duda es a quién y a qué precio. “El tema corporativo de 2024 es cómo van a gestionar su salida los fondos CVC y Carlyle en Naturgy y Cepsa”, explica un banquero de inversión especializado en el sector energético a Vozpópuli. Estos fondos aterrizaron en el accionariado de estos gigantes energéticos con la intención de exprimir al máximo su valor en un plazo de cinco años. Un período que vence este año.
Carlyle aterrizó en Cepsa en 2019, tras pagar cerca de 4.200 millones por la compra del 37% al holding del Gobierno de Abu Dabi (Mubadala). Esta firma de inversión, considerada uno de los mayores inversores del mundo, se convirtía de esta manera en el segundo máximo accionista de la petrolera española. Una inversión de la firma con sede en Washington, la mayor en España superando a su compra de Codorníu o Palacios Alimentación, que pretendía buscar la máxima rentabilidad con el alza del precio del petróleo.
El plan era hacerlo lo antes posible y con la máxima agilidad. Unas prisas que chocaron desde el primer momento con el plan de permanencia a largo plazo del fondo soberano de Abu Dabi. Dos estrategias muy diferenciadas entre aquellos que se reparten el consejo de administración de Cepsa.
La llegada del actual CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, se achaca desde el mercado a las prisas de Carlyle por renovar el equipo directivo y poder acelerar el giro verde que necesitaba la empresa para revalorizarse. Dos años después, ese impulso se ha asentado con un plan estratégico enfocado en tecnologías verdes como el hidrógeno y con una revalorización de los activos tradicionales vinculados al petróleo que hacen que la empresa llegue al quinto año de Carlyle en una parte alta de la valoración.
“El problema es cuánto pide Carlyle y cuánto espera pagar el interesado por una empresa del sector ‘oil and gas’, donde la incertidumbre regulatoria en Europa entorpece cualquier gran operación”, comentan fuentes financieras. Ni Carlyle ni Cepsa han querido entrar a valorar esta posibilidad ante la consulta de este medio.
CVC y su esperada salida de Naturgy
La otra gran firma de inversión que tiene todos los focos del sector energético es CVC Capital Partners. Como informó Vozpópuli, el fondo británico CVC, que controla el 20,4% de Naturgy desde 2018, mantiene una búsqueda activa de compradores para su participación en la energética valorada, actualmente, en 5.100 millones de euros.
La firma que lidera en España el banquero Javier de Jaime tranquilizó al mercado en julio. Su mensaje, en plena lucha de poder del consejo, fue de plena confianza en la estrategia del equipo directivo que lidera Francisco Reynés tras el aumento de dividendo que se anunció tras el ‘no’ fichaje de Ignacio Gutierrez-Orrantia como consejero delegado de Naturgy.
Pero los planes que se comparten en el ámbito financiero es que, ante una buena propuesta, esta estabilidad cambiaría. Y el momento es el indicado es del 2024. El buen dividendo de la gasista, la revalorización del 10% de su participación frente al inicio de la pandemia y los buenos resultados que está dando Naturgy por los precios del gas ofrecen una buena oportunidad de venta tras cerca de seis años en la compañía. CVC tampoco quiere comentar esta posibilidad ante la consulta de este medio.
Su plan de cinco años es conocido, como demostró en su entrada y salida en 2015 de la concesionaria Abertis, que tenía al frente entonces al mismo ejecutivo que hoy capitanea Naturgy, Francisco Reynés. Y una posible salida ahora sería una ‘operación redonda’. Los cerca de 5.100 millones que vale su participación en la gasista le llevaría a unas plusvalías de cerca del 35% frente al precio que compró la participación de Repsol en 2018.
Una gran operación que complica la aparición de candidatos. Su llave fue el llamado ‘Proyecto Géminis’ en Naturgy. Este movimiento de escisión de la compañía entre sus activos regulados y liberalizados se congeló en el consejo de administración, pocos meses después de aprobarlo, debido a las turbulencias que provocó en el sector energético la guerra en Ucrania.
El candidato que suena con más fuerza es el fondo australiano IFM, que avanza cada día en el accionariado de Naturgy tras quedarse corto en su OPA. El problema es que ya es dueño del 14% y superaría el umbral del 30% de la compañía con esta participación de CVC que le obligaría a lanzar una OPA por la totalidad. Algo "muy complejo", como definen desde la banca de inversión, pero "no imposible".
Otros sospechosos
Sin salir del accionariado de Naturgy, otro de los movimientos que aparecen en las quinielas es Global Infrastructure Partners (GIP), que aterrizó en su accionariado en 2016, se mueve en el mercado en los últimos años con esta participación. Como informó hace un año este medio, el fondo que lidera Adebayo Ogunlesi escuchó de cerca el interés en su 20% de Naturgy por parte de la energética TotalEnergies en dos reuniones en Madrid y París.
Unas conversaciones que, finalmente, no se materializaron en ofertas formales. La estrategia de GIP es similar a la CVC o Carlyle. Unas firmas de inversión que incomodan al Gobierno por sus planes especulativos con activos estratégicos y con activos regulados.
“Qatar Investment con Iberdrola, Norges Bank (Noruega) con Repsol o Arabia Saudí, recién llegado a Telefónica, son inversores más cómodos para el regulador por su estabilidad y por su falta de interés en los consejos de administración”, explican fuentes financieras. Es decir, podrían facilidades para salir si el que entra es del gusto de Moncloa.