Florentino Pérez tiene más apoyos en privado que los hechos públicos hasta ahora en su cruzada contra la UEFA. El presidente del Real Madrid ha avanzado en conversaciones con clubes de distintos países ahora alineados con el ente europeo y al menos uno de ellos, que prefiere guardar el anonimato, se ha comprometido a "no volver a ceder más del 50% del negocio a la UEFA".
Una de las fuentes consultadas incide además en un "avance" de las negociaciones entre el frente de Florentino y el Bayern de Múnich, uno de los clubes interesados en frenar el auge de los Clubes Estado y emblema del fútbol más tradicional.
Fuentes cercanas a la Superliga consultadas por este medio abren la puerta a que el resultado de las negociaciones sea una competición donde la UEFA siga teniendo una cuota del negocio televisivo. "Ahora no quieren ceder nada", señalan las mismas fuentes. "Nosotros ya hemos cedido en el formato".
Sus promotores ya han accedido a modificar algunas cuestiones de esa propuesta inicial, como eliminar la condición de que existan clubes fijos
El meollo del enfrentamiento entre el frente de la Superliga que reivindican ahora Real Madrid, Juventus y Barça pasa por la negociación del reparto en el ciclo a partir de la temporada 2024/2025, que se suele finiquitar dos años antes. La Liga ya ha calculado una posible reclamación de más de 8.000 millones de euros en demandas contra el frente de Florentino en caso de que se active una competición que amenace el valor de los derechos de La Liga.
La UEFA ha planteado potenciar el modelo actual por la vía de incluir más equipos y más partidos, lo que supone repartir el pastel entre más clubes pero siempre sujeto al control del ente con sede en Ginebra, como ahora. En torno a este control surgen cada vez más voces críticas al margen de la Superliga por su flexibilidad para con el capital de los Clubes Estado de Catar o Abu Dhabi.
La Superliga se hizo pública en abril con una propuesta alternativa de máximos que se ha frenado, al menos, públicamente. Sus promotores ya han accedido a modificar algunas cuestiones de esa propuesta inicial, como eliminar la condición de que existan clubes fijos, para cumplir con el requerimiento del mérito deportivo que han exigido las autoridades gubernamentales.
La Superliga, abierta a negociar una cuota con UEFA
Ahora, hacen hincapié en la promesa de un mínimo de 400 millones de euros anuales para los "fondos de solidaridad" (el 8% de los ingresos televisivos), el triple que lo que da la UEFA actualmente, si bien esta los potenciaría en el futuro con "impuestos de lujo" a los Clubes Estado que incumplan el fair play financiero.
El cambio de enfoque apunta a eliminar el poder de decisión de UEFA sobre el negocio de los clubes, "un poder privado que actúa como monopolio", según remarca la defensa jurídica de la Superliga de Florentino, ahora en conflicto con la UEFA ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
El proceso judicial se dilataría previsiblemente hasta verano de 2022 y más allá, si bien una fuente cercana a la Superliga apunta que podría haber novedades sobre el criterio de Luxemburgo a lo largo de esta temporada.
Presión de Florentino a La Liga
Por lo pronto, el Real Madrid y Barça están moviéndose de la mano de otro equipo al margen de la Superliga, el Athletic de Bilbao, para oponer una alternativa a la firma definitiva del acuerdo de La Liga con el fondo de capital riesgo CVC Capital Partners, prevista para el próximo 10 de diciembre.
Ya en agosto, desde el club merengue manifestaban tener a su alcance propuestas mejores de financiación que la que ha acordado el organismo que dirige Javier Tebas con la gran mayoría de los clubes, de 2.000 millones a cambio de una participación del 10% sobre el negocio positivo durante 50 años. Fondos similares a CVC como Providence, Apollo, Bain o Searchlight han ofrecido mejores condiciones a juicio de los merengues.
Su alternativa de financiación, detallada en una misiva a los clubes, consta de la misma inyección inicial que ofrece CVC, de cerca de 2.000 millones, pero en la forma de un crédito a devolver en 25 años con un "precio objetivo" de 2.875 millones. La propuesta de CVC no precisa de devolución sino que consiste en un préstamo participativo en el que el fondo correría con el riesgo de la competición y optaría, a la vez, a al menos 5.000-10.000 millones en beneficios.