“No se puede hacer solo en un país”. Ésta es la frase que soltó ayer el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en una entrevista en la Cadena Cope y que demuestra que el Gobierno sí está pensando en fijar un impuesto para las grandes multinaciones tecnológicas, pero no quiere hacerlo solo. Y posiblemente otros países como Francia, Alemania e Italia le acompañen en su batalla contra los gigantes
Estos cuatro países, los de mayor peso de la vieja Europa, ya firmaron una carta en septiembre que enviaron al Eurogrupo pidiendo que se actuara contra la baja fiscalidad que soportan este tipo de empresas. Piden que paguen impuestos allí donde generan actividad y beneficios.
Las palabras de Montoro intentan moderar la afirmación que hizo el lunes la subdirectora general de fiscalidad internacional de la Agencia Tributaria, María José Garde, durante las jornadas de fiscalidad empresarial 2018 organizadas por PwC y la Asociación para el Progreso y la Dirección (APD). Dijo claramente que España iba a poner en marcha un impuesto temporal a empresas como Apple, Google, Facebook, Amazon o Microsoft.
A largo plazo se quiere plantear una solución global consensuada a nivel internacional
Lo cierto es que la opinión de Garde tiene su peso, puesto que también es presidenta del foro de transparencia internacional de la OCDE y forma parte del comité que debate este tipo de propuestas. Explicó que esta figura temporal, que pueden desarrollar España y otros países, estaría vigente hasta que se plantee una solución más global y consensuada a nivel internacional.
Pero Hacienda se sorprendió mucho de la afirmación. Fuentes del Departamento que dirige Cristóbal Montoro quisieron dejar claro que España no se está planteando una medida así en estos momentos, pero tampoco desmintieron totalmente a la subidirectora. De hecho, el ministro, por la noche, dijo que se tendría que plantear “en un consorcio más amplio de países”, pero llegó a negar la posibilidad.
Así que todo apunta a que España podría estar trabajando en una medida de este tipo con los países con los que firmó la carta que envió al Eurogrupo: Francia, Alemania e Italia. La iniciativa, de hecho, la tuvo el gobierno galo.
