El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha afirmado como primer testigo del caso Bankia que para él, las únicas cuentas que tenían valor en la entidad eran las reformuladas por su equipo y avaladas por el Banco de España.
El banquero ha rehusado valorar las cuentas realizadas por Rodrigo Rato y ha explicado que la reformulación se produjo por el "extraordinario cambio económico" que se vivió entre febrero y mayo. "Si te coges las dos cuentas ves que son idénticas hasta el margen bruto, lo que cambian son las provisiones", ha agregado el banquero.
"Si nos metemos en un túnel del tiempo vemos como en 2010 parecía que íbamos a salir de la crisis e incluso el BCE subió tipos en 2011, pero fue en la segunda parte de ese año cuando se produjo un 'crash'", ha recordado.
Goirigolzarri ha subrayado que la economía española entró en recesión por culpa de la fuerte caída del sector inmobiliario. Fue este hecho el que provocó que cambiara el valor de los créditos a promotores y de empresas con garantías inmobiliaria y que hizo un agujero de 3.000 millones en las cuentas del banco.
Dimisión del consejo, no cese
El presidente de Bankia también ha querido dejar claro que él no cesó a ningún consejero, ya que tampoco puede, sino que tuvo "conversaciones privadas" con cada uno para pedirles que dimitieran.
Goirigolzarri entendía que la nueva Bankia tenía que empezar de cero y había ciertos cargos que se tenían que 'purgar' como el de director financiero (Ildefonso Sánchez Barcoj) o el director de auditoría interna (Miguel Ángel Soria).
Por otro lado, ha aclarado que esta fue una decisión personal y que "jamás tuvo ningún tipo de presión -ni por parte del ministerio de Economía ni por parte del Banco de España- para exigir la dimisión del consejo de la entidad". "Fue una decisión mía y no hubiera tolerado ningún tipo de sugerencia", ha recalcado.
Goirigolzarri, que ha respondido a todas las preguntas de la fiscal Carmen Launa, ha querido enfatizar en la completa independencia que ha tenido como número uno de Bankia y ha subrayado que el nuevo equipo de consejeros se formó con un "equipo de profesionales, que no era necesariamente de su confianza".
Situación inesperada
El presidente de la entidad ha reconocido ante la Audiencia Nacional que no esperaba que el rescate bancario tuviera tantas consecuencias sobre el devenir del banco.
"Si a mi me llegan a decir el 7 de mayo de 2012 que íbamos a tener un plan de reestructuración aprobado por Europa en noviembre, que nos obligaba a un ERE de 4.500 personas, a cerrar 1.000 de las 3.000 oficinas y que los preferentistas se verían obligados a un gran descuento para participar en al capitalización de Bankia, me hubiera sorprendido, la verdad. No hubiera esperado nada de eso. Pero a eso nos tuvimos que enfrentar", ha lamentado.