La salvación de la única planta de aluminio primario que hay en España, la de Alcoa en San Cibrao (Lugo), está ahora más lejos después de que el grupo británico Greensill, especializado en la financiación a empresas de pagos adelantados a proveedores, haya anunciado su intención de acogerse a la medida equivalente en España al concurso de acreedores.

Greensill está fuertemente vinculado al empresario indio británico Sanjeev Gupta, al que ha financiado su tremenda expansión en el sector del aluminio europeo en los últimos años. En Reino Unido a Gupta se le conocía, hasta ahora, como 'el salvador del acero', ya que ha adquirido varias fábricas británicas industriales que estaban al borde de la quiebra evitando el despido de miles de trabajadores.

Con ese mismo olfato que despierta en algunos inversores las empresas al borde de la quiebra, se acercó Gupta el pasado año a San Cibrao.

Credit Suisse congeló 10.000 millones en transacciones con Greensill en parte por su exposición a Sanjeev Gupta

El grupo estadounidense Alcoa lleva más de un año tratando de desprenderse de la fábrica, sosteniendo que con los precios actuales energéticos que se cobran en España es prácticamente imposible rentabilizar la producción de aluminio.

El Gobierno tomó cartas en el asunto ante el estallido social y las protestas que se han sucedido en Galicia ante la amenaza del cierre, y patrocinó a mediados del pasado año, a través de la Sepi, una negociación entre Alcoa y Liberty House, de Gupta, para que este se hiciera cargo de la fábrica, sin lograr un acuerdo.

De acuerdo a fuentes conocedoras de las negociaciones, el interés real de Liberty House por la fábrica de Alcoa quedó en entredicho por su actitud durante las conversaciones iniciales, exigiendo "condiciones imposibles y subvenciones millonarias".

Las mismas fuentes indican que la idea de proponer la venta de la fábrica de Alcoa a Sanjeev Gupta partió del Gobierno y la SEPI, quienes presionados por las protestas acudieron "al único inversor que parecía dispuesto a negociar la operación" para silenciar las reivindicaciones.

35.000 empleos en vilo

Dada la situación actual de Greensill y las sospechas que se ciernen sobre el negocio de Gupta, la posibilidad ahora de un acuerdo entre las partes para la venta de la fábrica de San Cibrao, es aún más remota.

El grupo de Gupta asegura que tiene capacidad para resistir la crisis de Greensill

Las operaciones de Gupta, y también el esquema de financiación de Greensill, han estado bajo vigilancia por falta de transparencia. El detonante de la crisis de Greensill ha sido la decisión de Credit Suisse de congelar 10.000 millones de dólares en fondos de inversión que estaban ligados a transacciones crediticias del grupo británico.

La entidad financiera señaló que había detectado "una incertidumbre considerable sobre las valoraciones de algunas de las participaciones" de Greensill, y en particular sobre su exposición a los negocios de Gupta, según ha informado The Wall Street Journal.

A pesar de las sospechas que se han levantado, desde el grupo de Gupta se ha asegurado a este diario que, GFG Alliance, "cuenta con fondos para superar cualquier posible problema derivado de la situación de Greensill".

"Tenemos relaciones con más de 30 instituciones financieras de todo el mundo y no hemos incumplido ninguno de nuestros pagos", subraya la empresa. "Los planes de refinanciación del grupo avanzan a buen ritmo, con muchas opciones sobre la mesa", dice, y afirma que los mercados del acero y el aluminio "están en auge" y que la mayoría "de nuestras plantas funcionan a plena capacidad para satisfacer la demanda".

El entramado societario de Gupta incluye 200 fábricas en 12 países, ingresos anuales de 20.000 millones de dólares y una plantilla de 35.000 personas. Además de plantas siderúrgicas y un banco, el empresario posee otros negocios más excéntricos como un pequeño fabricante escocés de bicicletas o una empresa de componentes para automóviles antiguos.

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