Economía

La inflación se come las subidas del SMI para tres millones de trabajadores con bajos ingresos

El incremento aprobado este año se sitúa muy por debajo del IPC, que absorbe ya la rebaja del IRPF a rentas bajas de 2018 y el efecto del alza del SMI de los últimos años

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.

CEOE planteó el lunes a las empresas que no firmen subidas salariales por encima del 3,6%, el alza del SMI para este año que ha acordado el Gobierno con los sindicatos a la que se opusieron. El peso de una inflación en el 8,4% hace mella en la patronal, que ahora no se opone a una subida de este tipo, si bien el Salario Mínimo encadena alzas desde 2018 del 26%. Estos incrementos impactan también en los salarios bajos que se sitúan por encima del SMI. Ese mismo año el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó una rebaja del IRPF para rentas bajas que afectó a cerca de tres millones de contribuyentes cuyo efecto ya lo ha absorbido la subida del IPC.

Viene a complicar el escenario a los contribuyentes con ingresos por debajo de 18.000 euros, los más afectados por la espiral inflacionaria en su vida diaria, la negativa del Gobierno a deflactar la tarifa del IRPF con la inflación. A esto se añade que la propia estructura del impuesto sobrecarga la tributación de estas rentas bajas, un problema que se venía arrastrando y que la rebaja de 2018 incrementó para algunos casos.

El SMI arranca en 2022 ya en 1.000 euros y esto va a suponer que estos trabajadores estén rozando el umbral de tributación. Un soltero sin hijos con un solo pagador y 14 pagas se quedará a las puertas y cualquier extra le llevará a pagar.

En cualquier caso, una subida del 3,6% no cubre el alza de los precios que estos contribuyentes pagan en electricidad, gasolina y otros gastos, con una capacidad económica mermada, alerta Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y ex diputado de Ciudadanos, uno de los artífices de la rebaja del IRPF de 2018, que lamenta advertir de que ya ha sido neutralizada por la inflación. Cualquier extra por encima de los 1.000 euros lleva de no pagar a pagar con menor capacidad económica, insiste De la Torre, que pone el foco en el "punto crítico que supone para estos contribuyentes la interacción entre la inflación y la tarifa del IRPF".

Precisamente sobre estas rentas pide actuar el PP con rebajas transitorias. Plantea impuestos negativos y deflactar la tarifa, esto último para todos los contribuyentes, aunque como han advertido desde el Consejo General de Economistas Asesores Fiscales (Reaf), esta adecuación del impuesto a la inflación tiene más impacto proporcional para rentas bajas. La rebaja de 2018, apunta De la Torre, actuaba sólo sobre rentas de hasta 18.000 euros en la reducción de rendimientos del trabajo y así se evitó que dirigiéndose a los tramos afectará a todos los contribuyentes cuando pasan por ellos.

El IRPF se come más del 40% del alza salarial

Sobre el impacto de la propia tarifa del IRPF para las rentas bajas, Luis del Amo, secretario técnico del Reaf, avisa de que se acaba comiendo más del 40% de los incrementos salariales que tengan las rentas bajas por la gran progresividad que produce la reducción decreciente para las rentas bajas del trabajo, efecto mucho más perverso porque el Gobierno no modifica el impuesto a pesar de la inflación.

La calculadora de retenciones para 2022 de la Agencia Tributaria permite hacer este ejercicio. Un contribuyente soltero y sin hijos y sin cargas con un salario de 1.000 euros pagará cero. En el momento en que su salario suba un a 1.035, 14.500 euros, un alza similar a la de este año, pasará de cero a tributar 214,60 euros, lo que supone que el impuesto se lleva el 42,47% de la subida salarial. Y si se hace este cálculo para un salario de 1.049 euros, 14.686, una de las cifras que se barajan como subida del SMI para 2023, tributará 293,72 euros y perderá el 42,8%.

Esto se debe a que la rebaja en la reducción por rendimientos del trabajo de 2018 fue muy brusca e incrementó el tipo marginal efectivo para ingresos netos de entre 13.115 euros y 18.825 euros.

Quienes hayan estado en ERTE tienen dos pagadores y el SEPE no retiene, por lo que es probable que estén obligados a presentar la declaración de la Renta contribuyentes que no solían hacerlo. En el caso de que hayan disfrutado de la ayuda que dan algunas comunidades, un algoritmo de Hacienda duplica su tributación si confirman el borrador, como ha desvelado Vozpópuli, lo que les llevará a pagar.

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