El Gobierno de Pedro Sánchez ha incluido en la Agenda del Cambio que ha aprobado en su último Consejo de Ministros el plan de crear de aquí a 2020 un sistema inspirado en la 'mochila austriaca', pero en ese país alpino el Ejecutivo tardó seis años en diseñarlo e implantarlo.
"La fecha es ambiciosa", reconocen a Vozpópuli fuentes del Ministerio de Trabajo, que señalan que el proyecto está "muy verde, no hay una propuesta concreta" y ni siquiera se han fijado reuniones para hablar de este tema "porque ahora las prioridades son otras", apuntan en alusión a las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Aunque el Ejecutivo ha puesto sobre el papel la propuesta, lo ha hecho de forma un tanto ambigua ya que, según reconoce Trabajo, "dio muchas vueltas a la nomenclatura" porque en la práctica el sistema español se parecerá poco al austriaco.
Lo que quiere constituir el Gobierno es un "sistema de cuentas individuales de capitalización para la movilidad" que se financiará mediante la creación de un fondo.
Ese fondo permitirá a los trabajadores "hacer efectivo el abono de las cantidades acumuladas a su favor en los supuestos de despido improcedente, movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación", señala la Agenda.
La 'mochila española' sería muy diferente
El sistema parece asemejarse al que existe en Austria, un país en el que sólo hay un contrato de trabajo y no existe indemnización por despido.
Allí los empresarios cada mes retiran un porcentaje del salario, lo guardan en una especie de fondo individual a nombre de cada trabajador y lo invierten para sacarle una rentabilidad (aunque el Estado garantiza que no habrá pérdidas).
El trabajador puede recurrir a ese fondo en caso de despido o jubilación, y si decide cambiarse de trabajo se llevará consigo ese capital como si fuera una mochila, de ahí su nombre.
En España, sin embargo, la mochila será muy diferente, ya que según avanzan fuentes del Ministerio "aquí no se plantea en ningún caso como una sustitución del subsidio de desempleo y no abaratará el despido", sino que su objetivo será "proteger al trabajador" y complementar la pensión o el subsidio de paro.
No gustaría ni a sindicatos ni a patronal
La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha incluido esta medida sin que el Ministerio de Trabajo se haya puesto a trabajar y sin haber comunicado esta intención a los sindicatos y la patronal, que previsiblemente se opondrán a la creación de una 'mochila austriaca' como tal.
Para no enfadarlos, en la propia redacción señala que la medida "se abordará en el marco del diálogo social para que su diseño y aprobación cuente con los mayores consensos posibles".
El líder de la Unión General de Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez, confesó a Vozpópuli que no estaba al tanto de esta posible medida. "No tengo información que me haga pensar que esto esté en la agenda del Gobierno", dijo en la víspera de que se conociera el anuncio.
En su opinión, existen grandes diferencias entre los sistemas productivos de Austria y España, por lo que no tendría sentido replicar el sistema y advirtió que de ser así, los sindicatos "intensificarían las movilizaciones" porque esto podría suponer abaratar el despido.
La patronal tampoco se ha mostrado nunca partidaria de replicar este sistema, lo que también dificultaría un posible acuerdo entre los agentes sociales.
En caso de que éste llegara a producirse, el Gobierno tendría que materializar la creación de este sistema en una ley y posteriormente negociar con otros partidos políticos para que apoyen su aprobación en el Congreso, algo que todavía no se ha planteado. "No nos consta que haya habido conversaciones sobre esto con otros grupos", apuntan en el Ministerio de Trabajo.