El cambio experimentado en los últimos años en la movilidad, sobre todo urbana, es evidente. Además de coches, motos y las nuevas y diferentes modalidades de 'sharing', han entrado en juego y a gran escala sobre todo bicicletas y patinetes eléctricos, a la vez que los peatones han recobrado mayor protagonismo en las ciudades. La búsqueda de maneras más sostenibles y racionales de desplazarse han transformado para siempre la movilidad en España. De hecho, siete de cada diez ciudadanos de nuestro país afirman que han cambiado su forma de desplazarse en los últimos años.
Pero lo que en principio podría ser una buena noticia, por la mayor sostenibilidad y eficiencia de la nueva movilidad, también podría convertirse en un grave problema por el notable incremento de la accidentalidad urbana que, desde 2011 a 2019 (excluyendo 2020, el año de la pandemia que trajo restricciones de movilidad) alcanzó el 42%, produciendo casi 4.700 muertos, un 13,5% de incremento. Muy llamativo es el caso de los usuarios vulnerables, que ya suponen el 80% de las víctimas mortales en ciudad y, muy especialmente, el de los ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP), como son los patinetes eléctricos, dos colectivos que, durante el pasado año, registraron casi 7.000 víctimas y aportaron el 10% del total de usuarios vulnerables fallecidos en vía urbana.
Estos datos podrían tener una consecuencia preocupante: de no seguirse las recomendaciones y normas de la DGT, la nueva cultura del desplazamiento urbano podría causar 5.500 muertos en las ciudades españolas entre 2021 y 2030, lo que supondría 831 víctimas más que en la década anterior (+18%). Además, de mantenerse la tendencia actual, la accidentalidad urbana podría superar al final de la presente década los 700.000 siniestros (+24%) y el número de lesionados las 850.000 víctimas (+22%).
Estas son algunas de las conclusiones del estudio ‘Nueva Movilidad Urbana y Seguridad Vial. Accidentalidad en la nueva cultura del desplazamiento’, presentado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), que analiza la posible influencia de los cambios en la movilidad en las cifras de accidentalidad, mortalidad y lesividad de nuestro país.
“Gracias a su sencillez y sostenibilidad, las nuevas formas de movilidad urbana son ya una realidad en nuestras ciudades. Pero si no tomamos conciencia de los riesgos, las previsiones son preocupantes, sobre todo teniendo en cuenta la evolución de la accidentalidad urbana. Por eso es fundamental que, ahora más que nunca, sigamos las normas y recomendaciones de la DGT con el objetivo de asegurar entre todos una movilidad segura, sostenible e inclusiva en nuestras ciudades”, asegura Mar Garre, Directora General de la Fundación Línea Directa.
Los patinetes, los de peor imagen
La Fundación Línea Directa también ha querido conocer la percepción de los españoles sobre los cambios que se están produciendo en la normativa y en la forma de desplazarse en las ciudades, a través de una encuesta realizada por toda la geografía nacional. De ella, se desprende que más de 17 millones de españoles (44%) reconocen ser usuarios habituales u ocasionales de un patinete o de una bicicleta eléctrica y un 60% ve probable usarlos a corto plazo. Las principales razones: el incremento del precio del combustible y las restricciones urbanas a los coches.
Sin embargo, la nueva movilidad también tiene frenos: el 69% considera que los coches eléctricos son económicamente inalcanzables y las nuevas normas no acaban de gustar a una parte de los usuarios de los patinetes eléctricos. El 38% afirma que dejará de usar su patinete eléctrico por la exigencia del casco y el 24% por la prohibición de circular por las aceras. Además, otro 50% no cogería más su vehículo si les exigieran matricularlo o registrarlo.
En relación con el cumplimiento de las normas y recomendaciones de la DGT, las cifras son preocupantes. El 50% de los usuarios de patinetes eléctricos reconoce que circula sin casco, el 73% lo hace en alguna ocasión por la acera y el 45% ha sobrepasado en alguna ocasión los límites de velocidad establecidos para estos vehículos (25 Km/h). Con todo, no es de extrañar que los usuarios de patinetes eléctricos sean los conductores con peor imagen: solo el 14% de los encuestados creen que cumplen habitualmente las normas.