Telefónica sigue recortando su plantilla en España. La compañía de telecomunicaciones ha planteado este lunes a sus sindicatos un recorte de 5.124 puestos de trabajo en España, dentro de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que dejará la plantilla de la corporación liderada por José María Álvarez-Pallete en el entorno de los 16.000 empleados, frente a los 21.000 con los que cerró el año pasado en territorio nacional.
En los últimos años han salido miles de trabajadores de Telefónica en los diferentes planes de bajas incentivadas que ha presentado. Todo ello, en un momento de transformación tecnológica en el que el negocio tradicional de las compañías de telecomunicaciones -voz y SMS- ha muerto en detrimento de las nuevas formas de comunicación, en la que la totalidad del sector trata de competir con garantías en la actualidad.
Eso -y las particularidades de un mercado en el que operan múltiples empresas en la UE- ha provocado ajustes en las plantillas de la compañía de toda Europa que han estado seguidos de la renovación de perfiles. En España, Telefónica, Orange y Vodafone han recurrido a los despidos colectivos. Sin embargo, la compañía de origen español cuenta con una plantilla mucho más amplia que sus competidores; y así será todavía tras el último ERE.
Orange y Vodafone, operadores con red propia y que por su naturaleza pueden compararse con Telefónica, seguirán teniendo menos empleados que la 'teleco' española, incluso si se unen ambas plantillas.
Vodafone cuenta con 4.000 efectivos en nuestro país por los en torno a 5.200 trabajadores con que cerró la división española de Orange. Es decir, ambas compañías suman 9.200 trabajadores, por los 16.000 empleados que tendrá Telefónica (7.000 empleados más).
En paralelo al ERE los sindicatos negocian un nuevo convenio colectivo por el que se regirá la plantilla en el próximo trienio
El ERE afecta a tres empresas jurídicas de la corporación española. Telefónica de España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones. Es decir, quedarán fuera del perómetro los negocios de ciberseguridad, Big Data o Internet de las Cosas (IoT), que se aglutinan, en su mayoría, en otras filiales.
El ERE se extenderá durante varios ejercicios, hasta 2026, en el que es previsible que Telefónica presente su nuevo plan estratégico, que suele ser trianual.
En 2016 el operador tenía una plantilla, según sus resultados anuales consultados por Vozpópuli, de 33.440 efectivos en España. En 2021 esta cifra se redujo hasta poco más de 21.000 trabajadores. Es decir, se ha recortado en un tercio.
El momento de mayor dimensión de la compañía se produjo en 2010. Entonces, Telefónica contaba a escala global con 285.000 empleados, de los cuales 85.000 se encontraban en la filial española.
Nuevo convenio colectivo en Telefónica
En paralelo al ERE, los sindicatos negociarán un nuevo convenio colectivo
por el que se regirá la plantilla en el próximo trienio. Fuentes sindicales han explicado a este diario que su objetivo es que el nuevo documento garantice las condiciones económicas de los empleados del operador. También pretenden forzar a la empresa a que adquiera el compromiso de que la automatización de procesos no siegue puestos de trabajo en el grupo y a que flexibilice las condiciones de teletrabajo y deslocalización de procesos.
Fuentes de la negociación del ERE -iniciada oficialmente este lunes- han incidido en que lo normal es que la empresa y los sindicatos negocien condiciones 'cruzadas'. Es decir, que las renuncias que los trabajadores puedan realizar durante las conversaciones sobre el despido colectivo puedan ser compensadas con 'logros' en el nuevo convenio.
La estimación inicial que se baraja es que el dato de 5.124 empleados pueda rebajarse entre un 20 y un 30%, si bien todavía es pronto para realizar cálculos precisos, detallan estos informantes. En cualquier caso, cabe recordar que el recorte se realizará durante tres ejercicios, por lo que en 2024 tan sólo abandonarán la empresa una parte de los afectados por el ERE.
De momento, en las conversaciones que se han mantenido este lunes no se ha hablado de ninguna propuesta económica, algo que se espera que comience a negociarse en próximas fechas.