Las viviendas industrializadas o 'prefabricadas' están cada vez más presentes en las conversaciones del sector inmobiliario español. El escenario derivado del coronavirus ha hecho que cada vez más inversores se interesen por esta forma de construcción que busca, a un tiempo, aprovechar oportunidades de la pandemia y resolver problemas estructurales del sector.
La presentación de Wallex, la primera fábrica integral de viviendas, a cargo de la constructora Avintia con el fondo mexicano Cemex en Aranda del Duero, es la última prueba de la nueva tendencia. La fábrica empezará a funcionar en 2022 con el objetivo de impulsar en tiempo récord 1.700 viviendas de alquiler asequible para la Comunidad de Madrid previa inversión de unos 200 millones de euros.
El proceso industrial de Avintia promete reducir los tiempos de construcción en un 30% y la huella de carbono en más de un 25%. En paralelo, apunta a rebajar el consumo de agua en un 30% y los residuos en obra en más de un 60%, como así también permitir ahorros en la factura eléctrica del consumidor y una disminución de las incidencias postventa en un 80%.
En cuanto al sector, reduce los riesgos laborales y sofistica el proceso, lo que le puede granjear ventajas decisivas a la hora de captar mano de obra y reducir los costes de construcción, encarecidos en más de un 10% este año.
Las viviendas prefabricadas siguen siendo más caras
Las cifras que plantea Avintia son conservadoras en comparación a otras empresas que llevan tiempo también en este incipiente mercado. Distintos despachos de arquitectos, promotoras y constructoras estiman que la industrialización puede reducir los tiempos en hasta un 50% y, dependiendo del material, rebajarlos a un año o unos cuantos meses. Es por eso que se ha planteado como solución frente a situaciones sobrevenidas como el volcán de La Palma, alrededor del cual existen ya propuestas concretas que ahora estudian las autoridades.
La promotora cotizada Aedas Homes prevé además que uno de cada cuatro de sus nuevos pisos sea parcial o totalmente industrializado antes de 2025 como parte de su apuesta por la construcción energéticamente sostenible. La compañía que dirige David Martínez ya ha entregado un centenar de viviendas completamente prefabricadas y un total de 3.000 de las que tiene en marcha han contado o cuentan con algún grado de industrialización en el proceso.
La estructura productiva de España solo tiene capacidad para producir 1.000 viviendas al año, muy lejos de las 100.000 con métodos tradicionales
La duda que la mayoría de los agentes consultados tiene pasa por si se conseguirá una rebaja real en los costes puesto que, a priori, la vivienda industrializada sigue siendo más cara que la tradicional, coinciden distintas fuentes del sector. Los interrogantes son grandes a tenor de la actual situación del segmento, todavía muy incipiente: las viviendas prefabricadas representan menos del 1% del mercado.
La estructura productiva de España solo tiene capacidad para producir 1.000 viviendas al año, muy lejos de las 100.000 con métodos tradicionales, si bien iniciativas como la de Avintia o Aedas junto a la constructora ACR prometen multiplicar esa capacidad. Desde la propia Aedas, en cualquier caso, han reconocido estar todavía estudiando la forma de impulsar la construcción industrializada en altura, uno de los grandes desafíos para el segmento ahora solo al alcance de complejos consorcios.
"Lo que sí se da para el cliente (fondo de inversión, promotor, etc.) es un retorno de la inversión en menor periodo de tiempo y va a tener menor gasto en postventa y mantenimiento"
A preguntas de este medio sobre su proyección de economía de escala, desde la propia Avintia han respondido que "no hay estimación y que es un valor muy relativo porque dependerá de los proyectos, al ser una solución tan flexible con posibilidad de personalizar para las necesidades/requisitos de cada cliente (entendido como promotor, no como usuario final particular)".
"Lo que sí se da para el cliente (fondo de inversión, promotor, etc.) es un retorno de la inversión en menor periodo de tiempo y va a tener menor gasto en postventa y mantenimiento", resumen desde la constructora. Frente al recurrente desvío en los tiempos finales respecto a los previstos, la industrialización busca además garantizar retornos en unos plazos seguros, si bien por ahora no están tan claros.
"Tienen gran recorrido en principio como respuesta a la necesidad urgente de cientos de miles de pisos asequibles que hacen falta en España", dice una fuente cercana a una empresa del Ibex 35. "Sin embargo, por ahora son bienes que compra gente de lujo".