El Buscón

¿Ha puesto ‘El País’ los cuernos al Ayuntamiento de Madrid con Ignacio González?

       

¿Ha terminado el idilio de El País con el Palacio de Cibeles? ¿Estamos ante el comienzo de un romance entre la cabecera de Prisa y la Casa de Correos? Difícil resulta aventurarse con una afirmación así, pero la conclusión no parece tan descabellada: el diario dirigido por Javier Moreno ha dado últimamente serios toques a la alcaldesa capitalina, Ana Botella, pero no ha utilizado el mismo tono para referirse a los planes económicos recientemente revelados por el presidente de la Comunidad, Ignacio González, quien ha recibido no pocos elogios de El País a través de un reportaje un tanto zalamero.

Una redacción que ya hubiera querido para sí la ex Esperanza Aguirre, en cuyos momentos, ya pretéritos, de máxima tensión con su archirrival Alberto Ruiz-Gallardón siempre aparecía el primer periódico generalista de por medio, decantándose por el actual ministro de Justicia y predecesor de Botella. Ahí queda aquella entrevista en octubre de 2009 al número dos de Gallardón, Manuel Cobo, en la que éste acusa, entre otras lindezas, a los acólitos de Aguirre de “montar una gestapillo” para espiarle. Hoy el gallardonismo ya no existe, al menos en el PP de Madrid.  

El reportaje González encuentra su espacio, publicado el martes, también ha sentado muy mal en el PSM de Tomás Gómez. “Ya no entendemos a El País”, confiesa a El Buscón un próximo del de Parla. “Y no por apoyar siempre la línea de Ferraz en nuestros conflictos internos, sino por tratarse del principal medio progresista respaldando una desigual bajada de impuestos combinada con un recorte de derechos sociales fundamentales en toda regla”. El malestar de los tomasistas con Prisa cada vez es más descarado.

Ciertamente, en el texto del lunes sobre el presidente de la CAM poco o nada queda de esa añeja progresía que destilaba el diario otrora comandado por Juan Luis Cebrián. Cero menciones a la Educación y la Sanidad, la polémica por Eurovegas y el feo asunto del ático de Marbella de refilón, y muchos detalles privados de la vida del presi, como que no duerme más de seis horas, o que desayuna un kiwi, un actimel y un poco de queso fresco viendo los informativos matutinos.      

¿Ruptura con el Ayuntamiento de Madrid? Aunque es verdad que resulta complicado no informar críticamente de la gestión de una capital hiper-endeudada, tres veces derrotada en la carrera olímpica y con los estertores del Madrid Arena –tragedia que este viernes cumple un año- aún coleando, y también que Ana Botella no es Gallardón, sino la mujer del expresidente José María Aznar –al que Prisa vapuleó sin cesar-, la relación no se ha deteriorado irreversiblemente. Pero sí agriado. El pasado 5 de octubre, levantó ampollas un excelente reportaje dominical titulado La decadencia de Madrid, la mejor radiografía que se ha hecho de la ciudad en los últimos años; tal fue la repercusión del artículo, que la propia Botella respondió en su blog personal como solo ella sabe: saliéndose por la tangente.

Ah, esa prensa tan cambiante. ¿A qué se deberá?

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