Desde el instante en que se inició el conflicto en torno al ajuste de Iberia, las relaciones entre la cúpula de la aerolínea y el Gobierno se han ido deteriorando por momentos. La ministra de Fomento, Ana Pastor, pudo comprobar que no resultaría sencillo mediar en este asunto desde el primer minuto, cuando mantuvo la primera reunión con la dirección de la aerolínea. Pastor quedó sorprendida por la inflexibilidad y por lo que consideró una escasa disposición a modificar los planes de inicio.
Y eso que el punto de partida no era ni mucho menos negativo. Ana Pastor ya había tenido que tratar en su anterior experiencia en el Gobierno con el hoy presidente de Iberia, Antonio Vázquez. Por entonces, la ministra portaba la cartera de Sanidad y el ejecutivo era presidente de la tabaquera Altadis. Las relaciones entre ambos fueron por entonces cordiales. Nada que ver con lo de ahora.
Al parecer, Antonio Vázquez no pierde oportunidad para mostrar en público su disgusto con la actitud del Ministerio de Fomento y de la persona que lo comanda. Incluso en foros internacionales, de la boca del presidente de Iberia y del holding IAG han salido palabras poco afectuosas para Pastor y también para el ministro de Industria, José Manuel Soria que, al igual que su compañera de consejo de ministros, ha hecho numerosos llamamientos al diálogo entre las partes para solventar el conflicto que ha llevado a Iberia a una crisis de la que no parece tener salida.
No han sido pocos los que han mostrado su inquietud por la actitud de Vázquez, toda vez que Iberia es un puntal del sector turístico español y éste el único sector que, por ahora, parece ser capaz de arrojar un rayo de esperanza sobre la maltrecha economía nacional. La tan manida ‘marca España’ queda en tela de juicio por una serie de observaciones que el presidente de Iberia no duda en airear independientemente del auditorio que le rodee.
La impresión que de la cúpula de Iberia tienen tanto en Fomento como en Industria no es precisamente positiva pero, al menos, sus respectivos responsables se han cuidado muy bien de que estas opiniones no traspasen el ámbito de lo privado y hasta de lo íntimo.