Más de diez vehículos con sus correspondientes dotaciones de Policía y Guardia Civil escoltaban y rodean la embajada de los EEUU en la calle Serrano de Madrid. Hace algunos días, cuando Michelle Obama estaba en Madrid, la cifra era de más del doble.
Las estrictas medidas de seguridad comenzaron con la llegada de Michelle Obama al Aeropuerto de Barajas
Los vehículos están colocados también en la zona de la Castellana, donde eran visibles guardias civiles con armas automáticas. Este dispositivo de seguridad se inició en jornadas previas a la visita de Michelle Obama a Madrid, donde participó en una conferencia en la que se pedía igualdad en Educación para las niñas.
En los días en los que la esposa del presidente de los EEUU ha estado en la embajada se han formado hasta tres perímetros de 'defensa' en las calles cercanas con vehículos policiales y sus dotaciones. Todos los agentes están con armas automáticas en sus patrullas por estas calles céntricas de Madrid. La capital de España está en la actualidad en Alerta 4.
En los días de la visita se cortó el carril lateral de la Castellana y se instalaron en calles cercanas unos cañones con trípode que se cree pueden ser inhibidores para evitar atentados con bombas. Los teléfonos móviles se cortaban al atravesar la calle Serrano y la Castellana. Las estrictas medidas de seguridad comenzaron con la llegada de Michelle Obama al Aeropuerto de Barajas, donde la prensa tuvo más dificultades que en otras ocasiones.
Nuevas medidas y cortes de tráfico
Todos los puentes de la A-2 estaban cubiertos con agentes, al igual que el de Juan Bravo con la Castellana, en el que fueron visibles policías con sus armas. El dispositivo se ha mantenido entre otras razones porque el pasado lunes, día 4 de julio, se celebró la fiesta de los EEUU en la embajada y se celebró un acto oficial al que asistió gran parte del Gobierno. Una parte del servicio de Seguridad de la Casa Blanca lleva días en Madrid y han cubierto la llegada de Michelle Obama y preparando la visita de su esposo. Las visitas tienen sus momentos más tensos en las salidas a la calle.
La comida de Michelle Obama y sus hijas en un restaurante cercano a El Retiro hizo que la calle pareciera una manifestación de policías, mientras que las compras de las hijas en una tienda en la Gran Vía revolucionó la calle más importante de Madrid. Con la llegada de Obama a la ciudad están previstas nuevas medidas e incluso cortes de tráfico, en algunas de las salidas que haga el presidente de los EEUU.