Entrevistar a un político no es fácil. Son profesionales de hablar mucho y no decir nada. Y también expertos en cabrearse si las preguntas que el periodista les lanza no les gustan o les incomodan. Al informador le suelen despachar en esos casos con un afilado monosílabo o, incluso, con una larga cambiada que deja al plumilla delante de la puerta de chiqueros sin saber cómo ha acabado allí. Por ello, es importante llevar bien preparada la entrevista con todos los temas claves bien apuntados para que el presunto servidor de la 'res publica' no se escape con las 'generales de la ley'. Eso significa, en el caso de los políticos vascos, preguntar por ETA. Irremediablemente. Siempre. Y más ahora que estamos en periodo cuasi preelectoral en esta comunidad autónoma y la banda armada lleva casi un año con su actividad terrorista en situación de "cese'. Ya se puede trabajar para un medio de Guipúzcoa, que para uno de Baltimore (EEUU): sobre ETA hay que preguntar sí o sí.
Por ello, la entrevista que hace unos días publicó el medio italiano E-Il Mensile a Laura Mintegi, la sustituta del inhabilitado Arnaldo Otegi al frente de las listas de la coalición abertzale EH Bildu, no deja de ser, como poco, llamativa. En ella, el periodista Angelo Miotto le hace nueve preguntas y no hay ¡¡¡ni una sola referencia a ETA!!! La entrevista soñada para cualquier político de la antigua Batasuna. Ni una cuestión sobre el tema que más les puede hacer sudar. Es cierto que el texto destila desde la primera línea la sintonía ideológica del periodista con la entrevistada (llega a utilizar para titular el lema electoral de esta coalición de partidos vascos. Vamos, un chollo), pero no deja de sorprender que se le 'olvide' preguntar sobre la organización terrorista aunque sólo fuera para que la candidata a lehendakari se luciera con una parrafada sobre lo mucho que valora su formación el cese de la actividad armada de la organización terrorista. Nada. Niente. De ETA, ni parola. Es como si un periodista madridista entrevistase a Mourinho en estos momentos y no le preguntara por el futuro de Kakà en el equipo.
La entrevista llega a un punto tan surrealista que en un momento dado le pregunta por los "prisioneros políticos" ¿Prisioneros políticos? ¿De qué? ¿Pero si ETA no existe ni para bien ni para mal? Ahí, Mintegi le echa una mano al periodista-amigo y mete en su discurso de pasada "el fin de ETA", eso sí, para arrear fuerte y a la cabeza al "inmovilismo absolutamente esteril" de los gobiernos de Madrid y París. Sin embargo, el periodista no recoge el guante y en la siguiente pregunta cambia de tercio: "¿Cómo se habla a los jóvenes en esta campaña electoral?". Como puede observar el lector, toda una pregunta 'con intención'. Uno se puede imaginar a Laura MIntegi pasándose el pañuelo por la frente para secarse en sudar ante una pregunta tan 'comprometida'.
La siguiente no le va a la zaga. "¿Es más importante una visión del mundo o garantizar coherencia?". Y la que va después: "¿En qué puede ayudarle el hecho de haber escrito muchos libros y novelas?". Y la siguiente. "¿Que tipo de reacción ha apreciado respecto a su candidatura por parte de los otros partidos?". Y qué decir de la última: "Una candidata mujer, ¿Es un dato a subrayar?". Ni a Fernando VII se las ponían así de fácil en el billar.