Pocas horas después de que Pedro Sánchez se proclamara vencedor de las primarias socialistas, varias compañías del Ibex 35 descolgaron los teléfonos para contactar con sus politólogos de confianza. El madrileño se había hecho con el control del partido después de pasar varias semanas “recorriendo las carreteras de España”; y lo había hecho con la promesa de dejar entrar nuevos aires en Ferraz y de escorar a la izquierda el partido. La incertidumbre que genera este nuevo escenario llevó a algunas de las principales empresas del país a convocar a sus asesores, para intentar determinar las consecuencias que tendrá el regreso de Sánchez al lugar del que fue desahuciado en octubre.
Cuentan a este Buscón fuentes bien informadas que las agencias de estrategia política tuvieron que detallar el lunes a varios de los ejecutivos más poderosos de España los cambios que puede provocar en el escenario político el ascenso de Pedro Sánchez, pues parece claro que, si el político cumple con lo que ha prometido a sus militantes, sus negocios podrían resultar afectados en mayor o menor medida.
Desde luego, la labor de los politólogos no parece sencilla, a tenor de las constantes fluctuaciones ideológicas que ha protagonizado el madrileño desde que apareció en la primera línea de la política. Así se lo han recriminado los portavoces de otros partidos en varias ocasiones y así se lo echó en cara la propia Susana Díaz en el debate entre candidatos del pasado 15 de mayo. Quizá en alusión a ese momento en el que se le metió entre ceja y ceja ser presidente del Gobierno y lo mismo proponía una coalición a la portuguesa junto a Podemos que un pacto de investidura multicolor y prácticamente inverosímil.
¿Se avecina una purga?
Tampoco tiene Sánchez fama de hombre especialmente mesurado y condescendiente con sus rivales políticos. Que se lo pregunten a Tomás Gómez y a Eduardo Madina. O a Ximo Puig, que el lunes por la mañana reconocía que no había recibido respuesta al mensaje que le envió el domingo por la noche al nuevo secretario general del PSOE para felicitarle por su victoria. De ahí que se haya generado cierta incertidumbre con respecto a la reacción que pueda tener con quienes apoyaron a Susana Díaz. O con las grandes empresas a las que acusó de boicotear su pacto con Podemos.
Está por ver también la postura que adoptará la nueva Ejecutiva socialista sobre algunos asuntos importantes que la gestora había negociado con el resto de los grupos parlamentarios y que estaban a la espera del visto bueno de la nueva dirección del PSOE. Entre ellos, la renovación de algunos organismos públicos, algo que requerirá un consenso.
Sobre este nuevo escenario político pidieron información este lunes varias compañías del Ibex 35 a sus asesores políticos. Con los recelos que despierta un político que no se sabe si adoptará una posición moderada o si se escorará hacia el lugar que actualmente ocupa Podemos.
Como señal de su compromiso con la izquierda, el domingo cantó La Internacional. Eso sí, de momento la de "los pobres del mundo" y no la de "los parias de la tierra". Quizá tampoco sea para tanto.