“Ya todos estamos con Pedro”. Éste es el mensaje que ha lanzado Susana Díaz y que repiten todos los socialistas andaluces, en público y en privado. La victoria de Pedro Sánchez ha sido tan contundente que el PSOE andaluz, como el resto del partido, ha querido cerrar capítulo lo más rápidamente posible. Pero ahora se abre otra fase que será decisiva en la nueva etapa: la elección de los delegados que los días 17 y 18 de junio votarán a la Ejecutiva de Sánchez. Y los socialistas andaluces quieren llegar con toda la fuerza que puedan recabar.
Por eso, el PSOE andaluz no ha pasado por el aro y ha rechazado la oferta que los 'pedristas' han lanzado en todas las federaciones: presentar listas de consenso en los 'congresillos' que antes del domingo se celebrarán en todas las provincias del país. El argumento del equipo del secretario general es que es la mejor manera de buscar la unidad que tanta falta le hace al partido y para ello proponen que en las provincias se respeten los porcentajes de voto que obtuvieron los tres candidatos en las primarias.
El acuerdo ha sido bien recibido en algunos territorios. En Asturias ya hay un pacto firmado entre representantes de los tres candidatos en las primarias y en otras federaciones las negociaciones avanzan con buen pronóstico. Así es en Extremadura, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. En las cuatro ganó Pedro Sánchez ampliamente a Susana Díaz.
Sin embargo, en Andalucía y en Aragón los 'pedristas' no han convencido: en estas federaciones no hay ninguna orden de buscar acuerdos: se espera más de una lista en sus provincias y se votará. Tanto Susana Díaz como Javier Lambán han defendido el papel de los militantes. Que decidan “libremente”, ha dicho ella. No se les puede “inhabilitar” de ese papel, ha añadido el aragonés.
Sus mensajes han venido acompañados de cantos a la lealtad y reconocimiento sin ambages a la victoria de Sánchez, pero no hace falta escarbar mucho para encontrar las críticas a esta maniobra del secretario general. Sorprende, dicen algunos socialistas de estas federaciones, tirando de ironía, que quien se ha presentado como el candidato de las bases ahora pretenda preparar un acuerdo “de arriba a abajo” que coarta los derechos de los militantes. La unidad no es excusa, dicen, para que “se plantee un acuerdo casi obligatorio”. “¿No decíamos que tienen que votar los militantes? Pues que voten, que voten”, sostienen los contrarios a este acuerdo.
Los 'pedristas', que asumen ya que habrá que votar en algunas provincias, justifican esta oferta porque creen que “lo lógico es que la representación en el Congreso sea tan amplia como el domingo fue la victoria de Pedro Sánchez”. Por eso, según explica a Vozpópuli un miembro del equipo de Sánchez, consideran que el modelo puede ser el acuerdo que ya se ha cerrado en la federación del presidente de la Gestora, Javier Fernández, para trasladar los porcentajes de apoyo que tuvieron cada uno de los candidatos al número de delegados que enviarán al cónclave de mediados de junio.
Algunos socialistas de Andalucía y Aragón se muestran sorprendidos por que quien se ha presentado como el candidato de las bases ahora pretenda preparar un acuerdo “de arriba a abajo”
¿Dónde pone eso en los Estatutos? Es la pregunta que hacen los críticos y para la que tienen una respuesta rápida: en ningún sitio. No hay norma que diga que el nivel de apoyo de los aspirantes a la Secretaría General tenga que trasladarse luego automáticamente al Congreso. Lo que dicen los reglamentos es que se podrán presentar varias listas, que tendrá representación toda la que supere el 20% de los votos y que la que gane obtendrá la mitad más uno de los delegados. Punto.
Tampoco deja fuera la posibilidad de acuerdos, así que cada uno se aplica lo que le conviene. Y los 'susanistas' están convencidos de que a ellos les beneficia votar. ¿Por qué? Como explican desde Andalucía, si se vota en las asambleas, primero, y después en los 'congresillos', los 'susanistas' tendrán más delegados de los que les correspondería por porcentajes provinciales: en Cádiz, Sánchez tuvo casi un 40% de los votos y en Granada, un 35%.
Los delegados son los que los días 17 y 18 de junio acudirán en Madrid al Congreso que aprobará la nueva Ejecutiva y el nuevo Comité Federal. No existe el voto en contra, pero sí en blanco, por lo que ese cónclave será un buen termómetro de la temperatura interna del PSOE y del esfuerzo de integración que haga Sánchez.
En el otro territorio en el que el secretario general no fue el candidato más votado, sin embargo, parece que puede haber algún acuerdo. En Euskadi, Patxi López tuvo más apoyos que el resto de los candidatos y las candidaturas respetan que así se recoja en el envío de los delegados. Pero, aunque la negociación está avanzada, todavía quedan algunos flecos: los 'sanchistas' quieren ajustar los porcentajes en Vizcaya, la provincia que más representantes manda.
Como ocurrió en las primarias, el exlehendakari sacará su mayor fuerza del PSE. Y se beneficiará de los pactos en las federaciones: con sus porcentajes de apoyo, no tiene margen para presentar listas propias allí donde haya varias y que salgan adelante. Algunos 'patxistas' apuntan que en Andalucía podrían hacer fuerza con Pedro Sánchez, aunque los 'susanistas' confían en atraer ese voto.
El largo historial de enfrentamientos internos
La buena disposición que los 'sanchistas' se están encontrando en Extremadura (en Cáceres está prácticamente cerrado), en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana podría tropezar en otros territorios fracturados. Galicia, con una Gestora al frente, y Canarias son dos federaciones en los que a las dinámicas Pedro–Susana hay que añadirle un largo historial de enfrentamientos internos que, seguro, aflorarán desde ahora en todas las votaciones locales, provinciales y, después, regionales.
De hecho, muchos socialistas acuden a estas lógicas internas para defender que los sectores 'pedristas' y 'susanistas' han dejado de existir y ahora hay que aplicar otros, en muchos casos, muy viejos. Es decir, que no hay que entender, por ejemplo, que todo el voto a Susana Díaz en la Comunidad Valenciana es un voto 'anti Ximo Puig', a pesar de que el presidente de la Generalitat ha sido uno de los 'barones' más fieles a la andaluza.
Pero, al mismo tiempo, desde el 'pedrismo' se desliga el 39 Congreso de lo que ocurra después. Algunos miembros del equipo del secretario general avisan de que un acuerdo para elegir a los delegados no implica que los sectores enfrentados entierren el hacha de guerra en los cónclaves regionales. Que si hay militantes que apuestan por un candidato alternativo a los secretarios generales actuales, tendrán todo el derecho de apostar por él.
Por el momento, el nuevo secretario general no ha dado una señal ni a un lado ni al contrario. Es más, todavía no ha trascendido que haya hablado con los secretarios generales, aunque desde su entorno insisten en que vuelve preparado para tender puentes y construir la unidad. Todos están atentos a sus pasos.