Hace unas semanas se supo que los casinos de Torrelodones y Aranjuez podrán abrir sucursales y también se conocía que el primero abriría sucursal junto al museo de cera. El primero, el célebre Casino Gran Madrid, al parecer ha propuesto al Ayuntamiento de Madrid la instalación de una estatua de una rana de 3,5 metros de alto, en agradecimiento a la ciudad por permitirle abrir sucursales.
Eso se deduce de los 'papelitos' que le han pasado a este Buscón y que reproduzco con todo gusto. Suponiendo que sean realidad, el monumento estaría en la mismísima acera del Paseo de Recoletos, justo delante de la entrada al casino y permitiría pasar a las personas por debajo de las patas de la ranita, que pesaría 2.000 kilos. Claro que, a lo mejor, todo esto es mentira y alguien se ha molestado en diseñar estos documentos por perder el tiempo.
Sin embargo, a mí me dicen que el área de gobierno de Las Artes, Deportes y Turismo del consistorio madrileño (lo que era antes una concejalía, vamos) ve con muy buenos ojos la instalación de la estatua. Con lo cual tendríamos ya un festival estatuero en la zona, con la de Colón en medio de la Castellana y la de Botero tumbada en la confluencia entre Colón y Génova, que ya es objetivo habitual de turistas.
¿Por qué una rana? Los firmantes del proyecto argumentan que “las ranas, tradicionalmente, son asociadas con la prosperidad, según la simbología feng shui”. Hay que decir en favor de los autores de la oferta que lo hacen todo de acuerdo con las ordenanzas municipales, aunque resulta innegable que ese pedazo de estatua sería un reclamo imbatible. Estaría sustentada por dos placas laterales e iluminada por cinco focos empotrados en el suelo.
Habrá que ver si en el futuro, este céntrico casino se puebla de japoneses, señoras mayores enganchadas a las tragaperras, señoritas que alegran la vista y celebridades como Luis Aragonés, Bárbara Rey o el difunto Paco Valladares, habituales en su día en Torrelodones.
