El Ayuntamiento de Madrid, que preside Manuela Carmena, hace siempre que puede gala de la participación como un elemento fundamental de su política, que también quiere llevar a sus propios funcionarios. La Policía Municipal estaba ansiosa por la llegada de un nuevo equipo de Gobierno que ordenara la organización. El concejal de Seguridad, Javier Barbero, ha puesto en marcha desde hace semanas un Plan Director del que ya se conocen algunos puntos y sobre todo decisiones fundamentales.
Este plan, según la carta que el edil va a enviar a todos los policías, parte de que la ciudad es "más diversa, más plural y más compleja y que la ciudadanía exige respuestas y soluciones a las instituciones dentro de los marcos más democráticos y participativos". Por ello han optado por preguntar a los sindicatos y a los policías cómo debería ser la organización. El enfado de los funcionarios es supino.
La consulta de los hombres de Carmena se produce cuando se han tomado ya gran parte de las decisiones
La consulta de los hombres de Carmena se produce cuando se han tomado ya gran parte de las decisiones que conforman y van a condicionar la vida diaria de la policía local. El cabreo es monumental entre los agentes y altos mandos. "Esta consulta es absurda. ¿Para qué nos consulta, si ya ha decidido lo que va a hacer con el cuerpo", comentan varios agentes. El concejal, junto con el director general de la Policía, piden a los mandos que promuevan y faciliten la participación cuando en realidad las grandes decisiones ya las han tomado en los despachos.
La misiva dice que "un plan participativo nos permite tener en cuenta las legítimas ópticas diferenciadas en torno a la realidad del trabajo policial". Desde la llegada del nuevo equipo se devolvieron los coches del renting sin consultar con los agentes implicados, se han disuelto las UCE, los antidisturbios de Gallardón (que eran apoyadas por los sindicatos), se ha aumentado la plantilla de la patrulla ciclista y se ha dictado una orden para unificar las reuniones de pase de lista también si consultar.
Otra de las decisiones polémicas ha sido la de elegir como responsable de la nueva Unidad de Odio a un agente de Fuenlabrada. "Como si en Madrid no hubiera gente preparada entre los funcionarios", explican los sindicatos. Muchos de los que han recibido ya la comunicación de los responsables de la policía consideran que lo único que pretende el equipo de Gobierno es "aparentar", pues hasta ahora todo lo han hecho sin consultar con otros que no sean sus sargentos favoritos.
