Parecía una venganza del Ministro del Interior, Jorge Fernández, por los actos de San Juan en el que faltó este año, por primera vez, la Misa voluntaria institucional para los agentes. El jueves se celebró en la Academia de Policía Nacional de Ávila la entrega de los despachos a los 166 nuevos policías municipales de Madrid que, por primera vez, se han formado en ese centro. La Comunidad cerró su academia y el Gobierno regional, competente en la materia, ha enviado a los aspirantes a la capital castellana.
España es un Estado aconfesional, excepto parece ser en lo que toca a los actos organizados por el Ministerio del Interior. Los responsables de la Academia colocaron ante los aspirantes y las autoridades la Constitución y un crucifijo. Durante el acto intervino un sacerdote católico y se hizo una ofrenda a los caídos ante la estatua del Ángel Custodio, patrón de la Policía Nacional.
La cara del concejal de Seguridad de Manuela Carmena, Javier Barbero, no fue precisamente de agrado
La cara del concejal de Seguridad de Manuela Carmena, Javier Barbero, no era precisamente de agrado. Algunos de los agentes municipales que acudieron desde Madrid se sonreían pues desde la Policía Municipal se ha acusado a Barbero de haber organizado el día del patrón, San Juan, como una fiesta de fin de curso de colegio y no con la brillantez que se montaba anualmente.
Por si no hubieran sido pocas las señales religiosas para despertar a Barbero, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, se quejó en el público en su discurso del "leve repunte" de la delincuencia en la capital de España respecto a la Comunidad de Madrid. Pidió al Ayuntamiento de Madrid que no debilite a la Policía Municipal para que la ciudad no deje de ser una de las ciudades más seguras de Europa.