Ignacio Villa ha decidido dar un sorprendente giro a su carrera para orientarla hacia la crítica gastronómica. El polémico exdirector de la televisión pública de Castilla-La Mancha, que arrastra algunas causas pendientes con la Justicia por su gestión de este medio de comunicación, ha puesto en marcha un blog llamado Ceviche de Sandía, en el que pretende ilustrar a los lectores sobre aquellos lugares de Madrid donde se come y se bebe bien. En la web, ensalza con optimismo desmedido el “vigor”, la “vida”, la “luz”, la “fuerza” y el “movimiento” de los restaurantes de la capital de España y, de paso, reconoce que, a pesar de los golpes que ha recibido últimamente, está encantado de su trabajo y de su profesión.
El blog lo ha puesto en marcha a través de la empresa El Micrófono Encantado S.L., dada de alta en 2006 y en la que figura como apoderado. La pretensión de Villa es la de convertir esta página "en una guía imprescindible para buscar el lugar adecuado en el momento concreto”. Es decir, la de presentar al público los lugares donde el autor cree que es posible ejercer el arte del buen yantar. Según expone, su intención es la de hablar de los restaurantes con “realismo y certeza”, pero siempre con una “visión constructiva”. Nunca negativa. Sin emplear el estilo agresivo al que tantas veces ha recurrido durante su carrera y que tantos problemas le ha ocasionado.
Villa dedica un apartado de la página a hablar de sus méritos profesionales. Ahí recuerda su etapa de corresponsal en Londres y en Bruselas, y su “larguísima temporada” como enviado especial a los actos que protagonizaban los presidentes del Gobierno, lo que le permitió estar “presente en centenares de acontecimientos internacionales de carácter político, social y económico”. También dedica unas palabras para hablar de su estancia en el despacho principal de Castilla-La Mancha Televisión, a la que define como “muy gratificante”.
Llama la atención que se refiera a este último periodo de tan buena forma, toda vez que ha sido objeto de múltiples críticas por manipulación informativa y se ha tenido que enfrentar a varias denuncias interpuestas por la oposición o por los propios trabajadores. Algunas de estas causas judiciales aún están pendientes de resolución, lo que obligará a Villa a visitar los tribunales próximamente.
Villa gastó 136.000 euros con las dos tarjetas de crédito que utilizaba mientras era director general de CLMTV
Uno de los asuntos más espinosos a los que tendrá que enfrentarse el periodista en esta nueva etapa es la querella por malversación de dinero público que le interpusieron hace unos meses 39 alcaldes socialistas castellano-manchegos. Tomaron esta medida al entender que utiliza los recursos de la cadena para favorecer exclusivamente los intereses del Gobierno autonómico, presidido por María Dolores de Cospedal.
Gastos en restaurantes y llamadas a Hong Kong
En las últimas semanas, Villa ha vuelto a situarse en el ojo del huracán después de que trascendiera que gastó 136.000 euros durante sus cuatro años como director general de CLMTV, con dos tarjetas de crédito a las que cargó diversas comidas en restaurantes y estancias en hoteles que, en algunos casos, eran de lujo. Los pagos también se realizaron en locales de copas, supermercados y tiendas de decoración.
A estos desembolsos se suma el de casi 5.000 euros que efectuó entre 2012 y 2013 en 300 llamadas a Ana Pérez Piernas, la corresponsal en Hong Kong que contrató para la televisión castellano-manchega. ¿Era necesario tener a una periodista en el sudeste asiático para una cadena pública autonómica? Esta pregunta se la hizo a Villa una periodista de La Sexta el pasado 11 de diciembre. En su defensa, aseguró que, mientras fue director general, abrió cuatro corresponsalías para la cadena no para cubrir información de la región, sino por los intereses profesionales en la zona. "Y yo he hablado con quien tenía que hablar", añadió.
Como vía de escape a este tipo de cuestiones incómodas y profanas, Nacho Villa ha optado por crear un blog para ilustrar al mundo sobre la gastronomía madrileña. Para hablar de la “explosión positiva y efusiva” que se vive en los restaurantes de la capital de España. En los que come y en los que bebe.