Desde hace algunas semanas la Policía Municipal de Madrid tiene una nueva jefatura situada en la Casa de Campo. De esta manera, el Ayuntamiento ahorra lo que pagaba por los alquileres de las oficinas en la zona de Arturo Soria.
Este periódico ya denunció hace algunos meses que los arquitectos no habían tenido en cuenta que se trataba de unas instalaciones de seguridad que podrían ser objetivo del nuevo terrorismo islamista.
Se aprobaron nuevas medidas. Pero la realidad es que sigue siendo vulnerable. Uno de los agentes le ha contado a este buscón que hay fallos graves que no se acaban de resolver cuando Madrid está en alerta naranja. Las cámaras de vigilancia de esta nueva jefatura no funcionan. Igualmente la zona de perímetro está dotada de una valla insuficiente y la caseta de control no tiene, como debería, los cristales tintados.
Esta caseta debería estar blindada y es de aluminio por lo que en estos días hay hasta 50 grados y carece de aire acondicionado. El complejo no está terminado aún por lo que por la zona pasean personas que en condiciones normales no deberían estar en ese lugar.
Además, se ha destinado a la custodia de estos edificios a algunos agentes que están rebajados del uso de armas, lo que supondría un problema en caso de que se produjera un incidente. En algunas de estas instalaciones se guarda armamento. Los policías situados en la sala de control (la emisora central) del edificio de Manuel Becerra tampoco están armados. Una puerta que da a la calle lleva rota un año, lo que permitiría a cualquiera entrar sin ser descubierto.
Por otra parte, los policías municipales miran aún con recelo al nuevo equipo de Manuela Carmena. Recuerdan que en el programa electoral sólo se dedicaban cuatro puntos al cuerpo. Uno de ellos era que los agentes debían ir identificados de forma visible y facilitar su número a requerimiento del ciudadano. También debían participar en cursos de formación sobre la situación social y económica de los madrileños. La potenciación de unidades de medio ambiente, empleo y protección para prevención de agresiones sexuales era otro de los compromisos.
El nuevo concejal de Seguridad, José Javier Barbero, tranquilizó a los sindicatos hace algunos días en un primer encuentro tras su toma de posesión. El responsable de Policía les dijo que su programa de trabajo se basaba en hacer frente a las necesidades del cuerpo, ofrecer una identidad propia contando con la opinión de los profesionales y cumplir el programa electoral.