Los sindicatos mantienen su cruzada en estos tiempos de crisis y están aprovechando los copetines navideños para hacer más patentes sus críticas. Así ocurrió anteayer en el municipio madrileño de Arganda, donde un grupo de personas arruinó la cena de Navidad al PP madrileño, montándole una escandalera tremenda a Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre, Ana Mato, etcétera. Insultos, gritos, movida… todo muy tenso, con lo poco que le gusta eso al presidente. Tal vez por eso los ministerios habían anulado anteriormente sus celebraciones similares, aunque la excusa oficial fue la austeridad.
Algo parecido le ocurrió a Endesa, cuyos sindicatos estuvieron a punto de anular la fiesta convocada para empleados en el amplio recinto central, con afluencia de toda la plana mayor de la ejecutiva.
Los representantes no han perdido tiempo en enviarnos un amplio muestrario de material gráfico (vídeos con teléfono incluidos) sobre esa sonora pitada, denunciando que en esos momentos festivo “no había nada que celebrar”.
La cosa quedó deslucida, evidentemente, aunque los representantes de los trabajadores de Endesa tal vez deberían darse una vueltecita por Telemadrid o Bankia para enterarse de lo que son condiciones laborales extremas. ¿Cuántos españoles no querrían estar en nómina en Endesa, Iberdrola o Fenosa? ¡Todos!