Las encuestas, de cara a las elecciones generales del próximo día 10, no sonríen a JxCAT. No sólo señalan una amplia ventaja de ERC, entre 13 y 16 diputados por entre 4 y 6 para los seguidores de Puigdemont, sino que la tendencia descendente continua y no se descarta el ‘sorpasso’ por parte de la CUP a la que algunas encuestas les dan entre 3-4 diputados. Sería un escenario impensable para los herederos de Pujol que llegó a gobernar Cataluña con mayoría absoluta.
La estrategia de Torra y Puigdemont, ponerse al frente de las movilizaciones en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo, hasta el extremo de justificar la violencia, parece que está teniendo un efecto contraproducente. Los más radicales se pasan a la CUP que capitaliza la confrontación. Los moderados parece se inclinan por ERC que ha tenido una respuesta más modulada y no ha amparado la violencia.
Según ha sabido Elliberal.cat Torra no ha descartado aún cesar a Buch, aunque ayer se limitó a iniciar una investigación por la actuación de los Mossos, e, incluso, estaría barajando dar un permiso penitenciario a los políticos presos antes del 10 N aunque no se dan las condiciones legales para hacerlo. La contradicción entre reprimir y ser carcelero y encabezar las movilizaciones, utilizada por la CUP para desgastar a Torra, sería la causa de la caída en votos según los post-convergentes y por tanto habría que hacer un gesto como los referidos para revertirla.
Aunque se espera una fuerte implicación de Puigdemont en la campaña, esperando repetir la remontada de autonómicas y europeas, los ‘legitimistas’ no las tienen todas consigo. Un mal resultado de JxCAT podría precipitar la escisión, o la recuperación del control de JxCAT, por parte de los sectores del PDCAT que se reunieron hace unas semanas en Poblet y cuyos líderes serían Mas y Recoder.
El resultado electoral, si se confirman las encuestas, reforzará la presión de ERC para adelantar la celebración de las elecciones autonómica , a lo que JxCAT se niega por razones obvias. La cuestión es si ERC llegará al extremo de hacer caer a Torra con la certeza de ser acusados de traidores por el entorno de Puigdemont, aunque en esta ocasión podría contar con el apoyo de la CUP que saborea la oportunidad de ser, aún, más decisivo en la política catalana.