Habrá pelea. La V asamblea general de Ciudadanos, que se celebrará el próximo mes de marzo no será un camino de rosas para el ala oficialista que capitanean los portavoces autonómicos nombrados por la Gestora. Los críticos, encabezados por el actual vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, van a presentar batalla estatutaria para dar un vuelco radical al actual modelo de partido. Pero, eso sí, sin disputarle el liderazgo a Inés Arrimadas. “No planteamos un debate entre Igea y Arrimadas. El liderazgo de Inés es algo que ni se toca ni se discute, porque ella es la mejor”, aclara el propio Igea.
“El actual modelo organizativo de ciudadanos es tóxico y perverso, no incentiva la participación sino el clientelismo, el nepotismo y el peloteo”, sostiene Francisco Igea. El vicepresidente castellano-leonés cree que si no se cambia la forma de funcionar de Cs “no tiene futuro”. “Hace falta un revulsivo, acabar con el férreo control que se ejerce desde la ejecutiva del partido. Hay que fomentar el debate interno y la crítica, que los protagonistas sean los militantes, las agrupaciones y las ejecutivas provinciales y autonómicas. Que el partido se construya de abajo a arriba y no al revés”, subraya Igea.
La irrupción de los críticos pone en la encrucijada a la formación naranja que prácticamente se juega su supervivencia política en poco más de un mes. Ya se ha cerrado el plazo para que los afiliados validen sus credenciales por internet y puedan presentar y votar enmiendas a las ponencias de Estrategia y de Estatutos. Los ánimos están tan crispados en el partido que hasta el sistema de validación de los afiliados ha despertado suspicacias. Como también el hecho de que para ser compromisario haya que cumplimentar y superar un test. “Se exigen cosas que no se le piden ni a los cargos públicos. Es una forma más de poner trabas y controlar la participación”, señalan desde el sector crítico.
De las enmiendas redactadas por las agrupaciones locales se seleccionarán diez
Este sábado tendrá la última reunión del Consejo General en la que se perfilarán las ponencias de Estrategia y Estatutos que se elevarán a la V asamblea. El propio presidente de la Comisión Gestora, Manuel García Bofill, ha remitido un correo a cada uno de los afiliados explicando las reglas del juego y haciendo una llamada a la participación. Desde ahora, cada agrupación local podrá presentar hasta dos enmiendas cada una, pero de entre todas las recibidas solo pasarán a ‘la gran final’ de la asamblea general diez de las sugerencias de las bases de toda España “Eso es solo hojarasca, así no se puede cambiar nada”, se lamenta Francisco Igea.
Se exigen cosas a los militantes que no se le piden ni a los cargos públicos. Es una forma más de poner trabas y controlar la participación
Por este motivo, los críticos van a presentar una enmienda a la totalidad a la ponencia de Estatutos. La ponencia de estrategia la consideran “mejorable”, pero en líneas generales “no está mal”. La única prioridad será barrarle el paso a la propuesta estatutaria oficialista. “El actual sistema de organización no es democrático y nos ha llevado a la situación en la que estamos. Se debe incentivar el debate sin poner cortapisas porque deberle la vida al que te ha nombrado, al que te ha dado el cargo es la esencia de la corrupción”, dispara Egea.
El político castellano-leonés cita como ejemplo que el comité disciplinario sea elegido directamente por la ejecutiva. “El partido está triste, está en parada y nuestra enmienda es lo único que puede funcionar como un desfibrilador y salvarle la vida”, vaticina metafóricamente. "Los militantes tienen derecho a elegir a quien les representa y los territorios tienen que poder decidir. Y eso no impide que el mensaje sea el mismo en toda España", recalca.
El sector crítico en Catalunya no tiene vinculaciones con Igea
En Cataluña, la cuna de Ciudadanos, también hay un sector al que se podría definir como crítico pero que no tiene nada que ver con Igea y su entorno. Ni siquiera se han puesto en contacto con el vicepresidente castellano-leonés. Son "completamente autónomos", matiza un portavoz, aunque coinciden con la necesidad de democratizar la estructura orgánica del partido. Este colectivo -del que forman parte concejales y coordinadores locales y territoriales- se mueve entre bambalinas, sin hacer ruido. “Tienen miedo y en democracia el miedo es la antítesis de la libertad”, exclama el vicepresidente de Castilla y León.
Los críticos catalanes tampoco ven con buenos ojos la propuesta estatutaria oficial porque no deja de ser “un calco” de la estructura organizativa vigente, que deja todo poder en manos de la ejecutiva nacional del partido y del presidente y "desconecta" de la militancia, según han confesado a El Liberal. El colectivo también tiene previsto presentar sus propias enmiendas a la ponencia de Estatutos.
Con este modelo organizativo, inciden las mismas fuentes, cualquier voz discordante inmediatamente frenada "desde arriba" y el debate interno pierde riqueza. En Cataluña, los opositores también reivindican “más poder para las agrupaciones locales, territoriales y autonómicas”, en detrimento de la ejecutiva nacional. Y también que se apueste, de una vez por todas, por la política municipal, la gran olvidada por Cs desde su fundación. “Ciudadanos nunca ha sido un partido municipalista. Las prioridades del partido siempre han sido otras”, reconoce un portavoz de la formación naranja en Cataluña.
Discrepancia desleal que se ventila en la prensa
A la dirección provisional del partido no le está gustando nada el modus operandi de Igea y otros líderes territoriales de la formación naranja, a los que se acusa de estar ejerciendo una “discrepancia desleal”. La gestora defiende que, en lugar de expresar sus diferencias y sus ideas en los órganos del partido, los críticos “acuden directamente a la prensa” a ventilar sus asuntos. La dirección provisional de Cs sostiene también que Igea (y otras voces críticas como Ignacio Prendes) aspiran a hacerse con el control del partido “a cualquier precio·.
Así, la gestora culpa a los críticos de estar “intentando poner en tela de juicio la legitimidad de la gestora con la única finalidad de debilitarla, dañar la reputación y la imagen partido y de paso la de Inés Arrimadas”. Incluso un portavoz sostiene, directamente, que el fin último de los críticos no es otro que “destruir el partido si no consiguen entrar en los órganos de poder. O se hacen con el control lo rompen el tablero. No hay otra”, insiste.
Francisco Igea no quiere entrar en la ejecutiva ni exige cuotas de poder
Igea desmiente tajantemente estas acusaciones: “¿Cómo vamos a querer destruir un partido del que formamos parte? Lo que pretendemos es justamente lo contrario: revivirlo, que no se muera por culpa del actual fracaso estratégico y organizativo, basado en incentivos perversos.” Y añade con firmeza: “Yo no pido cuotas, Ni necesito ni quiero entrar en la ejecutiva. No lo he pedido en ningún momento. Lo único que reclamo es que la prometida vuelta al centro tiene que ser real, desde abajo, sin líneas rojas o llevaremos el país al mismo sectarismo de Sánchez”, rubrica.
La ponencia de Estrategia se mantiene al margen de esta lucha dialéctica y está recabando apoyos prácticamente unánimes. Críticos y oficialistas coinciden en que reinventarse políticamente es esencial para el renacimiento de la formación naranja. Después de dos años de deriva, lastrado por el personalismo del expresidente Albert Rivera y los gravísimos errores tácticos y el último desastre electoral, el partido naranja quiere pone rumbo hacia “el centro liberal progresista, en busca de construir un espacio propio apelando al liberalismo frente a los extremos, el populismo y las identidades excluyentes”, como afirma García Bofill.
La militancia no es partidaria de que el partido se abra en canal sino de recuperar la ilusión
Pese a las diatribas la mayoría de la militancia no es partidaria de que el partido se abra en canal en un momento tan delicado como el que vive ahora, con una incesante caída en las encuestas y ante el riesgo real de acabar en la irrelevancia política si no se reacciona a tiempo. Pero las bases también están convencidas de que “hay que hacer algo, Hay que cambiar las cosas porque se está perdiendo la ilusión” y las bajas del partido se cuenta por cientos.
Los críticos iniciarán una carrera contrarreloj en busca de adhesiones
Un portavoz de la gestora sostiene que “el conflicto que se pretende escenificar desde el sector crítico solo está generando malestar entre las bases, pero no adhesiones”, Igea discrepa y, en el supuesto de que la afirmación fuera cierta, quiere darle la vuelta a la tortilla. Por eso ha empezado una carrera contrarreloj para hacer llevar su proyecto “de renovación interna del modelo de partido” a todas las agrupaciones de España. Está por ver si le dará tiempo y si logrará alcanzar sus propósitos. Desde luego, los portavoces autonómicos y el sector oficialista no se lo pondrán fácil.