Joan Tardà, exdiputado de ERC en el Congreso, ha avivado la guerra abierta entre la formación republicana y JXCAT en su lucha por la hegemonía en el bando secesionista. El independentismo catalán está muy dividido, con posiciones claramente enfrentadas y sin unidad estratégica conjunta, como se ha constatado en la votación de la investidura de Pedro Sánchez. Hasta ahora la táctica de ERC se ha centrado en agrandar su base social, fichando a un castellanohablante como Rufían y diferenciando independentismo a nacionalismo, lo que les ha llevado a la victoria en unas generales por primera vez en su historia.
"ERC haría bien también de terminar de desembarazarse de cualquier rémora de complejo hacia el nacionalismo", ha afirmado el exdirigente y miembro del Consell Nacional de ERC. "Todo ha cambiado tanto -y tan de prisa- como para haber provocado con la abstención que miles de catalanes hayan intuido que en las próximas elecciones al Parlament les tocará votar por primera vez republicanismo", ha augurado.
"La izquierda nacional republicana es la que ha dado el paso adelante para enterrar los riesgos letales para el país y para las clases populares de una nueva convocatoria electoral y posibilitar al mismo tiempo un escenario de oportunidad para un proceso de diálogo y negociación que pueda conllevar una solución al conflicto Catalunya-España basada en el principio democrático", ha afirmado en un artículo publicado en El Periódico, donde ha recordado las negociaciones a dos bandas de Alfredo Pérez Rubalcaba sobre la la tramitación del Estatuto de Autonomía.
El fallecido dirigente del PSOE inició las conversaciones con ERC y en paralelo con CiU, que dejaba obsoletos los acuerdos alcanzados entre el PSOE y ERC. "Preu per preu, sabates grosses" -"Ande o no ande, caballo grande"-, "tal como me dijo un diputado convergente entonces". "O, dicho de otro modo, ir hinchando el globo hasta que explotase", ha escrito. Pese al esfuerzo de ERC, CiU fue visto como los poseedores de la hegemonía de la marca de la catalanidad y "no les resultó difícil conseguir ser percibidos como los más dotados de capacidad de resolución".
Tardà ha continuado su ataque a los postconvergentes al asegurar que las soflamas con las que ha pretendido poner cerco a las tesis defendidas por Oriol Junqueras han sido "estériles". "Trabajo inútil, sí, porque ni los republicanos han vuelto a caer en el mismo error de 2005, al postular, ahora y desde el primer día, que la mesa de diálogo debe ser presidida por el 'president' Torra, ni la dirección del PSOE tiene ningún tipo de duda sobre la credibilidad de las palabras de Gabriel Rufián pronunciadas desde el atril del Congreso, vinculando avances en la negociación a mantenimiento de la legislatura", ha remachado.
Espera que JxCat no caiga en la envidia o el rencor
"Tampoco los nacionalistas catalanes podrán repetir la jugada maestra de entonces, al no disfrutar ya de la exclusiva en la redacción del relato nacional", ha asegurado, aunque "aún se hayan podido permitir expedir certificados de pureza independentista a la vez que entregaban la Diputación de Barcelona al PSC".
A su juicio, los nacionalistas catalanes se sentarán en la mesa de negociación, pero "harán lo imposible para que la ciudadanía olvide quién ha asumido la tarea de hacerla posible y pretenderán convertir los resultados en réditos electorales".
"Habría que esperar, pues, que en los próximos meses, más allá de la legítima competencia política, JxCat no convierta la mirada de reojo a la mesa donde estaban sentados Rufián, Jové y Vilalta en envidia o rencor ni caer en los juegos de manos políticos a modo de un 'remake' sobre el conejo de Rubalcaba saliendo de la chistera de Artur Mas", ha señalado.