La modificación del sistema de las pensiones culmina estos días con resultados agrios o dulces. Depende del comensal. Para obtener la pensión completa, a los trabajadores por cuenta ajena (comúnmente llamados asalariados) no les afectará sobremanera la parte relativa a pérdida de derechos sociales, la que habla del retraso en la edad de jubilación -de 65 a 67 años- y en el periodo de cotización –de 35 a 38,5 años-: dos de cada tres asalariados (65%) se retirarán sin padecer estos preceptos.
Otra cosa son los trabajadores autónomos, uno de los eslabones débiles de esta crisis. Debido al periodo de cotización más corto que acumula el sector, solo uno de cada cuatro trabajadores por cuenta propia no notará los efectos de la reforma, según la Muestra Continua de Vidas Laborales, elaborada por el Ministerio de Trabajo. En otras palabras, casi todos deberán cotizar más tiempo para optar a la pensión completa.
La modificación del sistema de pensiones no es inminente; su introducción se hará paulatinamente. La reforma culminará, finalmente, en 2027.
Los problemas de los autónomos no residen únicamente en los plazos cotizados. También es un problema de cantidad. “Cuando las cosas iban bien, muchos no se preocuparon de adaptar su base de cotización a los ingresos reales que tenían”, explica Rosario Moreno, de ATA, la Federación de Autónomos. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) o CC OO también defienden esta idea. La base media cotizada por los autónomos es de 960 euros cuando la de los asalariados es de 1.700 euros.
Desde que arreció la tormenta en 2008, hay 350.000 autónomos menos. La mitad se dedicaban, es cierto, a la construcción. “La crisis ha tenido un efecto directo en todas estas estadísticas”, razona Sebastián Reina, de UPTA.
¿La reforma de las pensiones, crisis mediante, no agravará más la problemática del sector? “La reforma no parte de la coyuntura de un momento, de un año, trátese de 2011 o de 2007. Aborda problemas estructurales de calado”, indica Carlos Bravo, de CC OO. “Para ser justos”, intercede Rosario Moreno, “la reforma es necesaria para la sostenibilidad del sistema. Se premia a los ciclos laborales extensos en el tiempo. El verdadero problema del sector es la falta de liquidez”.