Hasta bien entrada la tarde del martes, en la agenda de José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, aparecía marcada la reunión del Ecofin, como la gran cita del miércoles. El encuentro, sin embargo, había sido suspendido varias horas antes. En Comisiones Obreras, por ejemplo, ya manejaban esa información a última hora de la mañana. Todo lo contrario que el equipo económico del Gobierno.
A las 15:45 del martes, Elena Salgado, titular de Economía y máxima representante del Ejecutivo en la reunión del Ecofin, aún no había sido informada oficialmente de la suspensión. Tan solo había recibido rumores de la posible cancelación del encuentro. No fue hasta primeras horas de la tarde, cuando en el Ministerio de Economía logró darle oficialidad a los rumores.
Sin embargo, alguien debió olvidarse de hacer una llamada a Campa. El secretario de Estado conoció la suspensión a través de una conversación con un alto directivo de una entidad bancaria española con el que estaba dialogando sobre las condiciones de la recapitalización financiera europea que se iban a abordar durante la ronda de reuniones en Bruselas.
Tanto Salgado como Campa han mantenido, en los últimos días, una comunicación permanente con los presidentes de las cinco entidades sistémicas españolas (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Popular-Pastor) En ellas, los banqueros, especialmente Botín y Fainé, han insistido a los representantes políticos de la necesidad de defender el cómputo de los bonos convertibles como capital de primera calidad para alcanzar ese nuevo ratio obligatorio del 9%.
