Menos consejeros, evitar duplicidades y más austeridad. Esa es la nueva filosofía en la cúpula directiva de Novagalicia que José María Castellano, presidente de la entidad, anunciará este lunes. En realidad, el mismo modelo de gestión que aplicó César González Bueno, consejero delegado del banco gallego, en su etapa como máximo responsable en España de ING. “No habrá ningún fichaje de relumbrón. Los hombres fuertes del nuevo proyecto serán únicamente Castellano y González Bueno (consejero delegado)”, admiten desde la propia entidad.
Desde que llegó a la entidad, González Bueno recibió el encargo de Castellano de racionalizar el equipo directivo, además de sacar a la ‘vieja guardia’ de la entidad. Propósito que se elevó de intensidad tras hacerse público las millonarias indemnizaciones que recibieron cuatro ex directores generales de Novagalicia, que superan los 28,5 millones de euros.
“González Bueno se ha empapado en conocer a la gente de la casa, durante los dos últimos meses, para ver quiénes le servían para el nuevo proyecto y quiénes, no. Ambos son conscientes de que el relevo no podía ser muy costoso para la entidad, por lo que no se podían hacer grandes fichajes”, explican en la entidad, nacionalizada en un 93% por el Estado, tras la inyección de más de 2.400 millones de dinero público.
Actualmente, el organigrama de la entidad está formado por una cifra cercana a los 300 ejecutivos. “Se rebajará considerablemente”, aseguran fuentes de Novagalicia. Mientras, los ocho representantes en el comité de dirección, tras la salida de José Luis Pego, Javier García de Paredes, Gregorio Gorriarán y Óscar Rodríguez, verán cómo se reducen las subdirecciones generales a las que actualmente pertenecen.
Adiós a los pagos en especie
El tijeretezo también afectará a las retribuciones en especie que, hasta ahora, venían percibiendo los altos directivos de la entidad. Las tarjetas de crédito con saldo ilimitado, el pago de alquileres de viviendas millonarios para los miembros del Consejo, junto a otra serie de ‘regalos’ que se percibían por objetivos, desaparecerán de las ‘ventajas’ de ser alto directivo del nuevo banco. En cuanto a las retribuciones, la nueva cúpula se amoldará a la austera política que ha impuesto Castellano desde su llegada a la entidad. De hecho, el sueldo máximo anual para los más altos ejecutivos será de 300.000 euros anuales, justo la mitad de lo que se venía percibiendo en las etapas de las extintas Caixa Galicia y Caixanova.
Castellano anunciará su nuevo equipo apenas tres día después de que el Ayuntamiento de La Coruña aprobaba una moción en la que solicitaba la dimisión de todos los miembros del consejo de Novacaixagalicia que aprobaron las millonarias indemnizaciones de los exdirectivos. La votación no hubiera pasado de una mera anécdota si no fuera porque entre los que apoyaron la moción se encuentra Salvador Fernández Moreda, vicepresidente primero de la entidad e integrante de la Comisión de Retribuciones, quien remarcó que no tiene intención de dejar su puesto para asumir todas sus responsabilidades.