El excomisario europeo Mario Monti podría no tener tan fácil el ser elegido nuevo primer ministro al frente de un gobierno de tecnócratas en Italia como se había esperado hasta ahora, ya que por un lado el primer ministro saliente, Silvio Berlusconi, no parece dispuesto a tirar la toalla sin luchar una última batalla, y por otro cada vez son más en su partido los que exigen que el nuevo jefe de gobierno proceda de las filas de la mayoría que ganó las elecciones de 2008.
Berlusconi debería presentar previsiblemente esta misma tarde su dimisión, una vez que la Cámara de los Diputados apruebe el paquete de medidas de ajuste respaldadas por la UE y que ayer ya refrendó el Senado, tal como había prometido el pasado martes al presidente de la República, Giorgio Napolitano.
Sin embargo, aunque ayer parecía que respaldaba la probable designación de Monti como su sucesor y descartaba la convocatoria de elecciones anticipadas, como reclama su socio de coalición, la Liga Norte, 'Il Cavaliere' había asegurado a los suyos que no está dispuesto a que le humillen.
Así se lo habría manifestado a los miembros de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), anoche, según informa este sábado el diario 'La Stampa'. "Puedo aceptar todo, pero no ser humillado", habría asegurado Berlusconi.
"Antes de que presente mi dimisión y de mantener las consultas con los líderes de la mayoría salida de las urnas, están haciendo de todo en el Quirinale (sede de la Presidencia del Estado), programa y equipo de gobierno, y nosotros no sabemos nada, ni siquiera cuánto dura este gobierno", se habría quejado, en referencia a los contactos que Napolitano ha tenido en los dos últimos días con Monti, al que nombró senador vitalicio este miércoles.
Entretanto, en el PDL reina la división, según informan hoy los diarios. En las filas del partido de Berlusconi cada vez son más lo que defienden que sea un candidato propuesto por ellos quien tome las riendas del nuevo gobierno. Aunque ayer se hablaba de Lamberto Dini, cuyo nombre refrendaba la Liga Norte, parece que gana enteros el secretario general del partido, Angelino Alfano.
Sin embargo, desde el Partido Democrático, principal formación opositora, se descarta de plano un nuevo ejecutivo liderado por Alfano. "Rotundamente no, no creo que esta fuera la solución, no sé si un gobierno de este tipo conseguiría la mayoría", ha señalado este sábado el ex primer ministro Massimo D'Alema.
En cuanto a la división en el PDL, D'Alema ha confiado en que "esta confusión no provoque daños al país más allá de los que ya se han producido por el Gobierno de Berlusconi". Está previsto que el PDL mantenga un encuentro esta tarde a las 18:00 horas --después de la votación en la Cámara de los Diputados-- para adoptar una postura unitaria respecto al futuro gobierno.
Un gobierno con un sólo político
El excomisario europeo Mario Monti, posible sucesor del primer ministro, Silvio Berlusconi, al frente de un Ejecutivo de emergencia, está preparando un Gobierno de tecnócratas en el que solo habría un político, el diputado del Partido Democrático y exprimer ministro Giuliano Amato, que ocuparía el Ministerio de Exteriores.
Entre otros nombres que baraja Monti estarían el profesor de Economía de la Universidad Bocconi, Guido Tabellini, como ministro de Economía, el también profesor de Economía y exeurodiputado Carlo Secchi, al frente del Ministerio de Desarrollo, y el rector de la Universidad Católica de Milán Lorenzo Ornaghi como ministro de Educación.
Además, Monti estaría valorando nombrar también al jurista Cesare Mirabelli como ministro de Justicia y al jurista Enzo Moavero como subsecretario a la presidencia del Consejo de ministros, según han asegurado fuentes informadas a la agencia italiana Agi.
Monti se perfila como posible sucesor de Berlusconi cuando éste dimita este sábado tras la aprobación de las medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea, que tendrá lugar esta tarde en la Cámara de los Diputados.
El presidente de la República, Giorgio Napolitano, se reunirá entonces con todas las fuerzas políticas y sociales para crear un Gobierno de emergencia que saque a Italia de la crisis económica.