Miguel Ángel Cortés (Valladolid, 1958) no tiene una edad muy avanzada, pero sí una vasta carrera política curtida en las cañerías del Congreso. Sus inicios datan de la época de Aznar, cuando ambos –junto a Miguel Ángel Rodríguez y otros- integraban el llamado “clan de Valladolid”, fraguado en la Junta de Castilla y León a finales de los ochenta.
De ahí aterrizaron en Madrid, primero en la oposición y luego en el Gobierno (1996 - 2004), del que Cortés formó siempre parte como secretario de Estado.
Todo apunta a que en la provincia castellana el PP repetirá resultado. Está por ver si IU consigue por primera vez en democracia un escaño. Algunas encuestas se lo dan al candidato de esta coalición, el profesor de Economía Javier Gutiérrez.
Entró en el Congreso a la vez que Aznar y ahí sigue. ¿Qué le mueve 22 años después?
Más experiencia, desde luego. Al final del anterior mandato socialista (1996) España tenía un paro superior al 20% y un deterioro institucional tremendo. Hasta el punto de que hubo que pedir un crédito para financiar la Seguridad Social. Durante los ocho años posteriores España cambió: cinco millones de empleos, mejor imagen en el exterior y un crecimiento por encima de la media. El de Zapatero es, de lejos, el peor Gobierno de la Historia reciente de España.
¿Cuál es el principal problema de Valladolid?
Lo que ocurre en España afecta a Valladolid, aunque aquí, a diferencia de otros sitios, el paro es más bajo gracias a la labor de la Junta de Castilla y León. Pero eso no es consuelo. Cuando cinco millones de personas quieren trabajar y no pueden, el país necesita un cambio.
Rajoy no promete ni una sola medida para aumentar ingresos vía impuestos. ¿Es esto posible?
Es perfectamente posible. A las pruebas me remito: entre 1996 y 2004 el PP bajó los impuestos en dos ocasiones, y en esos ocho años la recaudación aumentó. Aumentó porque también lo hizo el empleo y la confianza de los inversores en el exterior.
Pero el programa del PP habla de recortar gastos. ¿En qué sentido?
Es que España ha vivido por encima de sus posibilidades en esta etapa. El gasto de las administraciones ha incurrido en duplicaciones y el Gobierno ha destinado partidas sin cuento a cosas que quizás eran perfectamente asumibles cuando había ingresos, pero no luego. Un país no es tan diferente a una empresa o a una familia. Hay que ajustar los ingresos a los gastos.
¿Y qué se recortará?
Hay una cuestión previa. ¿Cuál es el estado real de las cuentas? El vuelco autonómico del pasado mayo ha demostrado no solo que los socialistas son unos pésimos gestores, sino también unos maestros en enmascarar cuentas. Fíjese en Alcorcón, donde se ha detectado una deuda de 600 millones [según el PP; el PSOE niega esa cifra], en Sevilla, Castilla-La Mancha y otros sitios. En España había una Ley de Estabilidad Presupuestaria que fue de lo primero que derogó Zapatero.
¿Cree que hay más margen para privatizar?
Es el Gobierno socialista el que ha intentado privatizar Loterías y, parcialmente, Aena, pero ha fracasado. ¿Por qué? Porque la España de Zapatero y Rubalcaba no inspira confianza a nadie. Pero creemos que es posible la colaboración público-privada, como se hace en muchas empresas de España y también en otros países.
En la última legislatura sumó más de 10.000 iniciativas parlamentarias. ¿Sus rivales no le llaman pesado?
Más bien lo contrario, han reconocido una labor bien desarrollada, de ahí que vuelva a encabezar la lista por Valladolid. Yo he llevado en esta legislatura la portavocía del PP de varias leyes generales, de numerosas comisiones y de la rama de Nuevas Tecnologías y de la Sociedad de la Información. He hecho un seguimiento detallado de la Administración electrónica. Por cierto, ésta está aún muy lejos de los compromisos alcanzados por el Gobierno.
Unos sectores discretos. Aunque pregunte mucho, no es usted de los políticos que hacen ruido, precisamente.
Bueno, estoy en el sector que me corresponde. Quizás en una legislatura que ha venido marcada por una gestión tan lamentable en tantos campos, la rama de Nuevas Tecnologías puede que no haya estado en la primera línea mediática.
¿Qué le parece el 15-M?
España es y debe seguir siendo una democracia representativa. Cuando hay quien dice “no nos representan” y un mes después van a votar 20 millones de españoles, alguna representación habrá. Entiendo que con tantas promesas incumplidas haya personas que busquen soluciones en otra parte. Afortunadamente, nuestra democracia permite buscar soluciones dentro del sistema. Alternancia democrática.