El primer ministro británico, David Cameron, ha preferido quedarse solo en Europa antes que permitir que el centro financiero de la City de Londres fuera regulado desde el continente, que sus debilitados bancos fueran gravados con una nueva tasa y que las transacciones en euros sean supervisadas en la eurozona.
La histórica decisión del Gobierno británico pone de manifiesto que la City de Londres, el emblema de la industria financiera del Reino Unido, es importante y que se quiere seguir apostando por ella.
"La City de Londres se considera uno de los grandes éxitos de la economía británica, una industria que ha crecido mucho durante los últimos años y que a pesar de la actual crisis tiene un gran potencial de crecimiento a largo plazo", explicó Tony Travers, de la universidad London School of Economics.
El sector financiero, que lo integran bancos, fondos de inversión y aseguradoras, emplea a un millón de personas en el Reino Unido, un 4 por ciento del total de sus trabajadores.
Londres compite con Nueva York por ser la capital mundial de las finanzas, y es, sin lugar a dudas, la ciudad europea más importante en este sector.
Durante años, los políticos británicos han incentivado la competición con la ciudad estadounidense y han intentando atraer a muchos "hedge funds", o fondos de alto riesgo, e incluso a las particulares bancas del mundo islámico para ganar la carrera.
Según datos del organismo TheCityUK, los servicios financieros contribuyeron con 124.000 millones de libras (145.000 millones de euros) a la economía británica en 2009, lo que supone casi un 10 por ciento del Producto Interior Bruto del país.
Además, su contribución fiscal a las arcas del estado generó 53.000 millones de libras (62.000 millones de euros) en el ejercicio de 2009/10, un 11 por ciento del total.
Su principal centro de operaciones es la City de Londres, el distrito financiero de la capital británica, donde trabajan 300.000 personas y tienen sus oficinas 500 bancos, aunque otras dos tercios del total de empleados de sector trabajan en otras ciudades del país como Leeds (centro de Inglaterra) o Edimburgo (Escocia).
Además, el Reino Unido es el mayor exportador de servicios financieros del mundo, superando en 10 veces las exportaciones estadounidenses en 2008.
Travis recuerda que los anteriores Gobiernos laboristas fueron "especialmente entusiastas sobre las bonanzas de esta industria", lo que se puso de manifiesto cuando el exprimer ministro británico Gordon Brown "no tuvo reparos para inaugurar la sede en Londres del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers".
En este sentido, el Gobierno conservador británico quiere seguir en la misma línea y es por lo que Cameron exigió la pasada madrugada que el centro financiero de la City de Londres quedara exonerada de ciertas regulaciones comunitarias sobre los servicios financieros, algo que el presidente francés, Nicolas Sarkzoy, consideró "inaceptable".
Desde Londres, se sabe que una mayor regulación de sus debilitados bancos como HSBC, Lloyds, RBS y Barclays no va a ayudar a que la capital británica pueda seguir ostentando con orgullo el ser uno de los centros financieros del mundo.