El candidato socialista a las presidenciales francesas, François Hollande, favorito en las encuestas frente al actual jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, anunció hoy que si sale elegido en las elecciones del año próximo renegociará el acuerdo de la cumbre europea de la semana pasada."Si soy elegido presidente de la República, renegociaré este acuerdo", para añadir al compromiso "lo que falta, es decir la intervención del BCE (Banco Central Europeo), los eurobonos y un fondo de salvamento financiero", dijo Hollande en una entrevista a la emisora de radio "RTL".
"Este acuerdo no es la buena respuesta ni a la urgencia (...) para devolver la confianza (...) ni para el futuro de Europa" porque para eso hace falta "un fondo de salvamento dotado a un nivel adecuado", "una intervención del BCE que sea eficaz", "eurobonos" y elementos para generar crecimiento económico, argumentó.
"No haré nada que pueda hacer frágil a Francia"
En cuanto a la reforma constitucional acordada por los líderes de la Unión Europea (UE) para incorporar el compromiso de equilibrio presupuestario, el líder socialista avanzó que si gana los comicios haré votar "una ley de programación" que fijará un programa para la vuelta al equilibrio de las cuentas públicas "a finales de 2017"."No haré nada que pueda hacer frágil a Francia", señaló el líder socialista, en un momento en que las agencias de calificación amenazan con rebajar la nota soberana a su país.
Las declaraciones de Hollande suceden a un fin de semana marcado por las críticas de miembros del Gobierno y de otros responsables de la derecha a los socialistas por su negativa a aprobar antes de las presidenciales de la próxima primavera una reforma constitucional para imponer la disciplina presupuestaria, la conocida como "regla de oro".
Los socialistas, que son imprescindibles para esa reforma porque se necesita una mayoría cualificada en el Parlamento, consideran que adoptarla durante el mandato del conservador Sarkozy sería una contradicción porque consideran al actual presidente responsable del déficit que Francia viene acumulando en los últimos años, y que ha incrementado la deuda