El 15 de febrero es la fecha tope que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, se ha marcado para tener culminada la reforma y el saneamiento del sistema financiero, según ha señalado hoy ante el plenario de su Grupo Parlamentario. También ha afirmado tajante que no habrá banco malo "que cueste dinero a los contribuyentes", todo ello después de dibujar un panorama sombrío en lo económico. En una extensa intervención, Rajoy ha dicho a los suyos que en esta legislatura habrá que defender en muchas ocasiones decisiones "que no nos gustarán" pero que aunque la situación es "muy difícil", el Gobierno no va a renunciar "a hacer lo que deba hacer".
Dentro de ese panorama sombrío que ha dibujado sólo con grises y negros, ha anunciado que es muy posible que este año España tenga crecimiento negativo y que el ajuste para 2012 sea entre 37.000 y 40.000 millones de euros eso sí "suponiendo que se cumpla con los ingresos previstos", por lo que dejó entrever que podría llegar a ser superior. En este sentido, admitió que podemos estar ante un déficit superior al 8 por ciento.
Aún así, ha indicado que si bien reducir el déficit es irrenunciable "no es suficiente", aunque de seguido ha lamentado que en el último año las administraciones gastaron 90.000 millones más de lo que ingresaron. Tras abogar por el euro, ha destacado que España se juega su "credibilidad y la financiación a la que podamos acceder".
Además, ha anunciado que en este mes estará en marcha la Ley de Estabilidad presupuestaria con límites de gasto para todas las Administraciones y, por otro lado, que se respetarán los acuerdos que en materia de mercado laboral alcancen UGT y comisiones Obreras, por un lado, con la CEOE, por otro. En aquello en lo que no haya acuerdo "legislaremos a favor del interés general". También ha evaluado en 20.000 millones el déficit energético.
Finalmente, ha pedido prudencia y valentía a sus diputados para que expliquen las cosas "como son"·