El gobierno ha comenzado a preparar la nueva reforma laboral que tendrá que aprobar sin sindicatos y empresarios. El Ejecutivo se ha comprometido oficialmente a tenerla cerrada antes de marzo, aunque fuentes del nuevo gabinete aseguran que esa legislación podría estar concluida “mucho antes”.
Las tres áreas en las que sindicatos y empresarios no han conseguido ponerse de acuerdo serán las que el gobierno abordará en solitario: contratación (el eje central del plan del gobierno), despido y negociación colectiva.
Contratación: Según han confirmado los agentes sociales, el gobierno maneja una propuesta de la patronal para crear un “contrato de crisis” que permita contratar de manera rápida y despedir con una indemnización de 12 días por año trabajado, prácticamente gratuita para el empresario, puesto que 8 de esos 12 días corren a cargo del Fondo de Garantía Salaria (FOGASA).
El Ejecutivo no ha querido confirmar si está considerando ese contrato que únicamente regiría hasta que el gobierno de por terminada la actual coyuntura económica. Llegado el momento de la recuperación, ese contrato con menores garantías debería consolidar automáticamente las condiciones de los demás.
Despido: El gobierno parece haber renunciado al abaratamiento del despido generalizado que le reclama la CEOE y al que se oponen los sindicatos. Asegura que pretende incidir en la contratación y no en el despido.
Negociación colectiva: El Ejecutivo todavía no ha decidido sobre la llamada “ultra actividad de los convenios”, es decir, si el convenio de empresa rige incluso una vez que ha caducado. En esa situación se encuentran a día de hoy más de 50.000 trabajadores.
Los sindicatos acusan a los empresarios “de no renovar esos convenios para conseguir descolgarse de ellos” y evitar las obligaciones legales que conllevan. El Ejecutivo se ha mostrado partidario de favorecer algunos descuelgues pero no de terminar con el sistema de convenios colectivos como reclama un sector de la patronal.
Fin de semana perdido
El gobierno pidió el viernes a los sindicatos y empresarios que apuraran el fin de semana para cerrar un acuerdo. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría repitió el mensaje en un mitin el domingo en el que pidió a CEOE, UGT y CC.OO. "apurar las horas y los minutos". Pero la negociación está rota desde la semana pasada y el fin de semana sólo ha servido para constatarlo.
Sindicatos y empresarios sólo mantuvieron contactos telefónicos a última hora de anoche para tomar el pulso a la situación y constatar que las posiciones no se han movido desde el pasado martes, cuando el Presidente de la CEOE, Joan Rosell, aseguró que “la negociación era una pérdida de tiempo”.
Ha sido imposible el acuerdo en las tres áreas más importantes de la reforma (que ahora tendrá que abordar el gobierno sin consenso de los agentes sociales): contratación, despido y negociación colectiva.
Negociación fuera de plazo
Sindicatos y empresarios han asegurado que están dispuestos a “seguir negociando fuera de plazo”. Los agentes sociales aseguran que se seguirán produciendo reuniones aunque, previsiblemente, sólo para abordar aquello que el gobierno no puede legislar: los salarios en las empresas.