El pasado martes, cerca de una treintena de empresarios de primera fila se reunieron en el palacio de Viana con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, así como con el mediático José Manuel Soria, de Industria, al que le cuentan las comparecencias públicas por docenas; Jaime García–Legaz, secretario de estado de Comercio y Ana Pastor, de Fomento. Una reunión para potenciar la marca España y hacer buenas las palabras de Margallo en su toma de posesión, cuando dijo que haría del apoyo a las empresas exportadoras una de las líneas de actuación de su ministerio.
El encuentro fue muy difundido y el lapsus con Inditex se subsanó haciendo portavoz a Pablo Isla. También habló con desenfado César Alierta. La foto de familia fue un éxito, pese a la destacable ausencia de Emilio Botín, reemplazado eficazmente por Matías Rodríguez Inciarte, aunque en el lado negativo, conviene recordar que sólo había una mujer entre los empresarios: la presi de Prosegur. Junto a Ana Pastor, eran las únicas damas.
Uno de los presentes me comentaba que el encuentro estuvo genial, y además había tenido una magnífica repercusión en medios. En general, “ha sido muy agradable, todo el mundo encantado de salir en la foto”. Ya, pero “¿ha servido para algo; ha habido algo concreto...?”. “Ah, no, para nada. Entre tú y yo, ojo, ¿eh? Pero eso sí, estuvo muy bien…”.