El PP se multiplicó ayer para lanzar mensajes a favor del ex presidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps, una vez declarado no culpable en el caso de los trajes, aunque sigue sin ser contestado el gran interrogante que su absolución plantea: ¿es posible su vuelta a la primera línea política? El propio Mariano Rajoy se vio interpelado sobre este asunto en su comparecencia ante la canciller alemana, Angela Merkel, con la que se entrevistó en Berlín. Rajoy señaló que Camps "cuenta en el PP" como cualquier otro dirigente del partido, y, con una "ya veremos qué es lo que ocurre en el futuro", sustanció la espinosa cuestión del encaje del otrora todopoderoso barón regional. Eso sí, recordí que había ganado unas elecciones, las autonómicas del 22 de mayo, "no hace mucho tiempo" y que se trata de un dirigente "muy importante con una trayectoria muy conocida".
Lo cierto es que ahora mismo se crea un problema de encaje de Camps, pero no cabe duda que la absolución de éste representa una buena noticia para el PP, enfrentado desde hace tres años al caso Gürtel. La condena de Camps, aunque ya amortizada políticamente, hubiera sido una noticia terrible de administrar para la dirección nacional del partido en el Gobierno, con un Rajoy que no dudó el defender siempre la inocencia del líder de una de las federaciones que más le apoyaron en su batalla contra los críticos en 2008. Fue una apuesta arriesgada sin duda, como lo fue la insistencia de Camps de ir a juicio y no aceptar una sentencia de conformidad.
En Valencia, los campistas, que son prácticamente todos los del Grupo Popular de Parlament y todavía una buena parte de miembros del Consell y de las direcciones provinciales del partido, ven con esperanzas renovadas la absolución de su jefe de filas, hasta el punto de que muchos acarician la idea de que Camps regrese a la Generalitat, tal y como adelantó Vozpópuli. De hecho, Camps, que ayer hizo una gira por algunos medios de comunicación, admitió que ser presidente de la Generalitat es una de las cosas "más grandes".
Sin embargo, una campista declarada como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se mostró mucho más cauta al señalar que "tiene todo el derecho del mundo a reivindicarse" políticamente, pero matizó que "el agua de los ríos nunca vuelve para atrás". "Puede regar nuevos campos, pero no vuelve atrás", convencida, agregó, de "los campos que va a regar la capacidad política de Camps serán magníficos".
Fuera de la Comunidad valenciana
Con estas palabras, Barberá sitúa el futuro político de su compañero de filas más fuera que dentro de los límites de la Comunidad Valenciana. Las elucubraciones son muchas y muy variadas y a ello ayuda el hecho de que Rajoy haya llegado a Moncloa, lo que facilitaría las cosas para buscarle un futuro encaje, que algunos sitúan en una Embajada como el Vaticano –que también le gustaba a otro valenciano, Juan Cotino—alguna empresa o ente público, ser senador por designación autonómica o, aprovechando que se celebra el XVII Congreso nacional del PP, reservarle algún puesto en el organigrama popular.
Actualmente, Camps es, además de diputado autonómico, miembro del Consejo Jurídico Consultivo de la Comunidad Valenciana, institución a la que acudió ayer ya “rehabilitado” por los tribunales. Fabra, en rueda de prensa por la mañana, lanzó el mensaje de que su anterior jefe de filas “tomó libremente la decisión de dimitir” de la presidencia de la Generalitat , "y ahora también es consciente de la situación actual", por lo que lo primero es “saber qué opina y qué quiere Camps, porque no lo sabemos, pero tenemos tiempo para hablar de forma tranquila y preguntarles que quieren hacer en el futuro", señaló también en alusión a Ricardo Costa. Tras defender que ambos se merecen “un periodo de reflexión” aseguró que “la presencia de Camps en las Cortes Valencianas no me molesta en absoluto", exorcizando de este modo que se abra una guerra interna entre los populares valencianos.
Dos personas muy importantes del futuro organigrama popular, la secretaria general del PP y el vicesecretario de Comunicación, María Dolores de Cospedal y Esteban González Pons, respectivamente, dijeron que el ex presidente de la Generalitat valenciana “siempre va a tener reservado un sitio en la política” porque "está perfectamente rehabilitado”. Ahora falta por saber qué es lo que le tiene reservado Rajoy.