Después de criticar por tierra, mar y aire, el uso que hizo el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del avión oficial Falcon, su sucesor en Moncloa y líder del PP, Mariano Rajoy, se ha aplicado a sí mismo aquella lección. De hecho, el Gobierno ha decidido restringir el uso de los Falcon a los viajes oficiales al extranjero, incluidas, por ejemplo, las reuniones del Consejo Europeo y de los llamados JAI, esto es, los Consejos de Ministros de Justicia y Asuntos de Interior de la Unión.
El mensaje que pretenden trasladar es doble: por un lado, el de austeridad, por otro, el de buen uso de los medios públicos, lo que no incluye, explican en la sede nacional del PP, su empleo para cuestiones partidarias. Rodríguez Zapatero estuvo en el ojo del huracán después de que trascendiera el uso contínuo del Falcon oficial para asistir a mítines con motivo de las elecciones locales y autonómicas del pasado 22 de mayo. El entonces ministro de Interior y hoy secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, adujo cuestiones de seguridad, y el jefe del Ejecutivo siguió utilizándolo con profusión, aunque su antecesor en Moncloa y objetivo de un atentado etarra, José María Aznar, echaba mano de aviones privados que le alquilaba Génova para acudir a actos de partido.Rajoy medió en esta polémica al afirmar que el uso que hacía Zapatero del avión del ejército constituía "una burla tras burla, reirse de todos los españoles y mofarse de los contribuyentes".
No hay datos oficiales sobre cuánto cuesta poner en vuelo un Falcon. Se calcula que entre combustible, revisión y dietas de la tripulación puede salir hasta por la friolera de 6.000 euros la hora. Una cantidad ingente que puede comprenderse para el desempeño de tareas de Gobierno pero no para aquellas que tienen que ver con otras actividades, no digamos ya electorales. Pero el caso es que este Gobierno pretende dar una vuelta de tuerca más, de modo que, incluso aunque el ministro de turno acuda a un acto oficial lo haga por otros medios más baratos, bien automóvil, tren o vuelo comercial si es dentro de la geografía española.
Actos de partido en Sevilla y Oviedo
Rajoy se subió al AVE para acudir al XVII congreso nacional del PP en Sevilla hace dos fines de semana. Para su participación en el acto electoral de hace una semana en Oviedo lo hizo a bordo de un avión comercial. Eso le obligó a salir la noche del viernes, puesto que los horarios de salida del sábado no cuadraban con su agenda, y echar paciencia con el retraso de una hora que tuvo en el vuelo de vuelta.
La polémica en cuanto al uso partidario de los Falcon --que había arrancado ya con motivo de las elecciones europeas de 2009-- llegó hasta el Tribunal de Cuentas bajo el argumento de que el PSOE cargaba en la partida de gasto del Gobierno gastos electorales. El Tribunal de Cuentas alertó de la necesidad de regular el uso de medios de transporte oficiales al objeto de "despejar incertidumbres". María Teresa Fernández de la Vega, entonces vicepresidenta primera del Gobierno, anunció un decreto al respecto del que jamás se supo.
Por su parte, el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados presentó una iniciativa para que se regulara el uso, en campaña electoral, de medios de transporte oficiales. Fue rechazada por PSOE, CiU y Coalición Canaria aunque ahora tiene la mayoría suficiente para que prospere.