Hoy por hoy el mensaje del Ejecutivo de Mariano Rajoy es que aunque España ha variado las previsiones de déficit para este año, pasando del 4,4% que nos exigía la Comisión Europea al 5,81, el compromiso es llegar al 3% en 2013, objetivo al que están obligados todos los países de la Unión. En este sentido vino a manifestarse ayer el presidente del Gobierno cuando afirmó tajante ante un grupo de eurodiputados del PPE que España "cumple, esta cumpliendo y cumplirá" los objetivos de déficit, pero la realidad es que el cálculo que hacen los populares pasa por su convencimiento de que la Comisión relajará el objetivo para 2013. "En cuanto todos los países presenten en abril sus cuentas, será palpable la necesidad de marcar un nuevo techo de déficit" indicaron fuentes populares.
Es en abril cuando España pasará el "examen" de la Comisión ante la que debe llevar los deberes hechos, esto es, su programa de reformas y de estabilidad. Será el momento de dar en Bruselas un nuevo repaso a la situación, habida cuenta, además, que otras naciones como Italia, pueden verse impelidas a pedir una moratoria, de ahí que Rajoy encontrara en el primer ministro italiano, Mario Monti, un aliado en su desafío sobre el déficit, tal y como informó Vozpópuli. Eso, sin duda, le permitiría a España atemperar al menos un nuevo recorte presupuestario para el año que viene, ya que supondría rebajar en 2013 2,8 puntos de déficit, esto es, lo que va desde el 5,8 de este año al 3 del que viene. Si cada punto de déficit supone 10.000 millones, estamos hablando de sumar otros 28.000 millones más al ajuste.
"España cumple, esta cumpliendo y cumplirá los objetivos de déficit"
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, se trasladó ayer a Palma de Mallorca para almorzar con un grupo de eurodiputados del Partido Popular Europeo frente a los que defendió la revisión del techo establecido para este año. "Los sacrificios que debemos hacer son la garantía de la prosperidad de nuestros hijos y del futuro de la UE. De las reformas que hagamos dependerá nuestro futuro colectivo" comenzó diciendo para agregar a continuación que en España "no tenemos otro objetivo que revertir la situación que heredamos; devolver la confianza y el crédito y acabar con la espiral de incertidumbre que asfixia a nuestra sociedad".
Tras establecer estas premisas subrayó la "voluntad inequívoca de equilibrar las cuentas públicas, en el calendario marcado" pero también, y en esta idea insistió una par de veces, "desde el realismo" al objeto de justificar lo que muchos han interpretado como un desafío a Europa a pesar de haber sido producto de un arduo proceso de negociación a varias bandas.
Rajoy dijo ser consciente de que ser miembro de la UE "requiere cumplir las reglas de las que nos hemos dotado y ser leales con nuestros socios", pero la UE "debe estar atenta a las nuevas realidades si quiere que los esfuerzos y las reformas sean efectivas", en alusión a un objetivo de déficit para este año que se marcó con una previsión de crecimiento para España del 2,3 y no un decrecimiento del 1,7 tal y como ha estimado el Gobierno.
Recordaba sus primeras decisiones importantes
Relató cómo, a poco de entrar al Gobierno, "supimos que el déficit superaría el 8 por ciento y en apenas ocho días tomamos las primeras decisiones", esencialmente, el recorte de 15.000 millones de euros, dos terceras partes en ajustes permanentes y el resto por aumento temporal de impuestos.
Tras señalar que su intención es alejarse de planteamientos ilusorios y atender al diagnóstico de la realidad, afirmó tajante que "el Gobierno se ha marcado un objetivo de déficit del 5,8% para cumplirlo", al tiempo que puso el acento ante los más de cuarenta miembros del buró del PPE reunidos en Palma en que "no sé si en la historia reciente europea hay país de la UE haya hecho un esfuerzo semejante". "España cumple, está cumpliendo y cumplirá", aseveró pero, en todo caso, "en primer lugar vamos a cumplir con los españoles y luego con nuestros socios europeos".
Respecto a la reforma laboral ha admitido que "hay gente que no está de acuerdo y lo respeto profundamente, pero estamos en 2012, y las leyes laborales datan de hace más de treinta años y tengo la obligación de hacer una reforma laboral que esté en el mundo que vivimos".