De momento, lo único que ha existido ha sido un cruce de acusaciones similar al que opera para el déficit de la tarifa eléctrica: Que si la culpa de la deuda con la industria de la defensa la tiene el ex ministro Federico Trillo, que si la mayor parte de las obligaciones proceden de la etapa de José Bono…El Gobierno quiere superar este peligroso partido de ping pong porque es consciente de que Bruselas está al acecho y de que si le da por considerar esta deuda de 30.000 millones como déficit, España se vería en un trance complicado. Y este paso no es del todo descartable porque la contabilidad europea fija que el déficit corre a partir de la recepción del material no pagado, algo que está a punto de ocurrir en muchos casos por el avanzado grado de ejecución de algunos contratos.
Moncloa ha tomado cartas en el asunto y empuja a favor de una solución pactada con las empresas afectadas y de un pacto razonable con las principales fuerzas políticas que es el que va a intentar canalizar en breve el titular de Defensa, Pedro Morenés. Estas conversaciones se quieren llevar con la máxima discreción dados los intereses que hay en juego. La predisposición del PSOE y de CiU al diálogo es máxima. La semana del 26 va a ser decisiva, según las fuentes consultadas.
En la deuda pendiente de pago por importe aproximado de 30.000 millones de euros pesan, entre otras operaciones, el contrato para la compra de 87 aviones de combate EF-2000 y de 27 aparatos de transporte A400M por importe de 13.500 millones. Las 24 unidades del helicóptero Tigre y las 45 unidades del NH-90, con un coste total de casi 3.000 millones. Las 235 unidades del carro Leopard, un contrato valorado en casi 2.400 millones que tuvo a Santa Bárbara como principal beneficiaria, y la compra de cinco fragatas F-100 y de dos submarinos S-80 por cerca de casi 5.000 millones.
Según las fuentes consultadas, sobre la mesa del Gobierno se han manejado todo tipo de posibilidades. Desde una quita en la deuda, tema sumamente complejo cuando se trata de renegociar con las compañías multinacionales afectadas, hasta la reventa de material. Estas fuentes ponen como ejemplo que muy posiblemente los Leopard terminen en manos saudíes una vez se les instale a los carros el aire acondicionado. Pedro Morenés señaló este miércoles en el Congreso que España está en una situación “razonablemente buena” para realizar esta venta a Arabia Saudí, aunque todavía está sin abrir el concurso.
El llamado ‘modelo alemán’ que tan bien funcionó en el pasado para algunas obras de infraestructuras y que consiste en el diferimiento del pago del contrato hasta su entrega, no ha resultado tan eficaz para la compra de armamento, sobre todo porque la crisis ha reducido las inversiones en Defensa al mínimo, prácticamente a la mitad, sin cobertura para afrontar los vencimientos de deuda anuales.
La mayoría de los créditos no cuelgan de Defensa, sino del Ministerio de Industria, en forma de obligaciones de pago. “Si esta deuda contraída con la industria de la defensa se sale del cauce inicialmente convenido y fuera contemplada como déficit, sería imposible llegar al 3% comprometido con Bruselas en 2013. Por eso necesitamos la máxima responsabilidad por parte de todos”, afirman fuentes oficiales.