La Casa del Rey ha estado trabajando en las últimas semanas con la idea de una inminente abdicación de Juan Carlos I, aquejado de graves problemas físicos y colateralmente judiciales, en un anuncio que en principio se había previsto hacer público en plena Semana Santa, es decir, a finales de marzo del año en curso, ello de acuerdo con fuentes dignas de todo crédito consultadas por este diario. La iniciativa se frustró con la aparición del primer secretario del PSC, Pere Navarro, reclamando la abdicación el mismo día en que su jefe de filas en el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, debía subir a la tribuna del Congreso para contestar al discurso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
De acuerdo con las fuentes, la petición pública de Navarro “ha trastocado” esos planes que, en las actuales circunstancias, se aplazarán durante unos meses, aunque la idea es concretar la abdicación “antes de que acabe la instrucción del caso Nóos”, en principio prevista para finales de este año. La elección de esa referencia temporal tendría mucho que ver con la puesta en marcha del pacto, patrocinado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y adelantado hace días por este diario, según el cual Iñaki Urdangarin se declararía culpable a cambio de eludir el banquillo de los acusados.
La materialización del relevo en la jefatura del Estado antes de tal pacto facilitaría el camino de acceso al trono del Príncipe Felipe, evitándole el mal trago de tener que soportar las protestas sociales que ese arreglo por arriba pudiera provocar. De acuerdo con las fuentes, el aplazamiento de la abdicación habría supuesto más que un “contratiempo” en los planes del Príncipe.
Fuentes de la Zarzuela consultadas el lunes por este diario en referencia a la entrevista aparecida en El Mundo con Corinna Zu Sayn-Wittgenstein volvieron a reafirmarse en la no existencia de planes concretos referidos a la abdicación, un asunto que compete al Rey “en exclusiva”. Con ello volvían a desmentir informaciones aparecidas en otros medios referidas también a una eventual decisión real en tal sentido.
La Casa del Rey sostiene que el monarca no admitiría ningún tipo de presiones por parte de PP y PSOE para forzarle a abdicar
Hace unos días, el Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, mantuvo un almuerzo off the record con un reducido grupo de periodistas que, entre otras cuestiones, le plantearon la reacción real en el caso de que los partidos mayoritarios, PP y PSOE, o en otras palabras, Gobierno y oposición, decidieran un día acudir a la Zarzuela para plantear al Monarca la necesidad de proceder a un relevo en el trono. La respuesta de Spottorno fue contundente: "Entonces sí que no; eso, en ningún caso". El Rey no admitiría ningún tipo de presiones para forzarle a abdicar. Esa es una decisión personal del propio Monarca”.
Más que a los problemas judiciales que ahora acorralan al yerno del Rey y su esposa, la infanta Cristina, las fuentes consultadas atribuyen la urgencia de la abdicación en Semana Santa al grave deterioro experimentado por la salud del Monarca. En efecto, el próximo 3 de marzo, y por séptima vez en su vida, el Rey entrará en un quirófano para ser intervenido quirúrgicamente en la clínica La Milagrosa de Madrid de una hernia discal que padece desde hace años y que se ha agudizado en los últimos meses. “Esta no es una operación de cadera más; esto es algo mucho más serio”, aseguran las fuentes, “estamos ante una intervención cuyo resultado podría llevar al Rey de forma definitiva a la silla de ruedas y, en cualquier caso, dejarle fuera de juego durante meses”.
La abdicación y la entrevista de Corinna en El Mundo
En la oleada de rumores que ayer batió Madrid a cuenta de la segunda entrega de la citada entrevista con la llamada “princesa” Corinna, obra de la periodista Ana Romero, algunas fuentes, generalmente ponderadas a la hora de emitir opinión, llegaron a insinuar que esa aparición podría estar relacionada con el hecho de la abdicación, y que vendría a ser una especie de “presentación en sociedad”, ante la sociedad española en este caso, de la amiga del Rey en la hora de su despedida del trono.
Fuentes señalan a una especie de "venganza" de Corinna contra el Rey y la Familia Real por cómo fue despedida tras conocerse en incidente de Botswana
Otras fuentes, sin embargo, ven en la entrevista, decisión incuestionable de la propia Corinna y sus abogados si hemos de tomar en consideración las protestas de Zarzuela en el sentido de que ni fueron informados de la misma ni hubo pacto de ninguna clase, una especie de “venganza” de la propia “princesa” alemana contra el Rey y, muy en particular, contra la Familia Real, por la forma en que fue despedida y puesta en Barajas en la mañana del pasado 14 de abril de 2012, apenas unas horas después de que el Rey fuera sometido a una operación de cadera tras el accidente de caza ocurrido en Botswana.
En efecto, a primera hora de la mañana de aquel 14 de abril, apenas horas después de que don Juan Carlos fuera intervenido de madrugada en el Hospital USP San José de Madrid por el doctor Ángel Villamor, Corinna abandonaba la casa en el recinto de El Pardo que habitualmente venía ocupando durante sus estancias en Madrid y, en compañía de su hijo, tomaba un avión en Barajas, adonde había sido conducida por agentes del servicio de inteligencia, con destino desconocido.
Su destino fue el principado de Mónaco, donde fuentes solventes aseguran que la “princesa” pasó a ocupar un apartamento alquilado con toda urgencia y con la intercesión del empresario Alberto Alcocer, amigo del Monarca. Corinna se habría trasladado con posterioridad a una casa en el propio Montecarlo, cuya planta baja ha sido habilitada para servir de oficina en la que la “princesa” sigue desplegando sus dotes de experta relaciones públicas en negocios de alto copete.