El presidente del Ejecutivo de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, se suma al coro de críticas que desde las comunidades autónomas se van acumulando contra la gestión del Gobierno. En cambio, Fabra no lo verbaliza personalmente porque para eso está el presidente provincial del PP en Valencia, Alfonso Rus, crítico desde mucho antes de la demoledora cifra de desempleo de la EPA, de más de seis millones de parados, que actúa a modo de martillo pilón respecto de los incumplimientos del programa popular.
Como si se tratase de un dirigente de la oposición, Rus ha arremetido contra la subida de impuestos y contra una gestión incapaz, a su juicio, de estimular la economía para generar empleo. Sus palabras, en un principio atribuidas a un dirigente provincial acostumbrado a ser algo díscolo con la línea oficial, incluso en lo que afecta a Francisco Camps, al que siempre apoyó, parece que salen de las lindes de la provincia de Valencia para convertirse en “portavoz oficioso” de Fabra, según han indicado fuentes populares a Vozpópuli.
“Al PP le quedan muchas cosas por hacer”, entre ellas, “cumplir la promesa de creación de puestos de trabajo y eso se lo tenemos que seguir reclamando a Rajoy, que prometió a los valencianos lo que nos toca”, ha dicho Rus ante los suyos. Pero es que también ha llegado a justificar los escraches “porque hay que entender a las personas que están pasándolo muy mal y hay que intentar que esa gente tenga una salida” y cuestionado que los responsables de los bancos “no les pase nada y que estén en la calle”. Pero, ante todo, ha sido el portavoz de Fabra en las reivindicaciones sobre la financiación autonómica. “Queremos más, hay que pedir más” ha dicho para denunciar que mientras en otras Comunidades se reciben 1.500 euros por habitante para Sanidad, Valencia recibe poco más de 1.000. Y para rematar, también ha hablado de los papeles de Bárcenas y de los supuestos sobresueldos en B afirmando que “a algunos alcaldes del PP sienten vergüenza porque la mayoría no cobran. Eso de los sobres no lo entienden. Yo no me lo creo, pero se decidirá ante la justicia”.
Rajoy ya no se deja ver por Valencia. Desde que es presidente no acude al arranque de las fallas desde el balcón de ayuntamiento junto a Barberá
Fabra acumula un profundo malestar con la financiación de la Comunidad Valenciana, que heredó en bancarrota, en una situación políticamente muy difícil, con el partido enfrentado y atravesado por muchas y variadas sombras de corrupción. Tras el caso de los trajes de Camps, los dirigentes valencianos, con la alcaldesa de la capital a la cabeza, Rita Barberá, se han quejado amargamente de haberse convertido en una especie de “apestados” para el Gobierno y el PP. Mariano Rajoy ha dejado de pisar el balcón del ayuntamiento para el arranque de las Fallas, aunque últimamente se había convertido en una especie de “patíbulo” desde el que cosechar la expresión verbal del malestar ciudadano. A ello se une el temor cada vez más creciente de que la extensión de la crisis les pille en plena campaña de las elecciones locales y autonómicas de 2015.
La x presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también ha irrumpido sin disimulo en el debate político con la crítica al Ejecutivo Rajoy. La líder de los populares madrileños ha empleado su blog para arremeter, primero, contra la subida de impuestos: "la experiencia de estos meses ha demostrado que esas subidas de impuestos no han servido para incrementar los ingresos". Y, dos, ha puesto deberes al Gobierno: "ha llegado la hora de (...) reducir el peso del sector público para que llegue el dinero a empresarios y familias para sacar a España de la crisis".
