Durante sus siete años de mandato al frente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo se ha granjeado unas estupendas amistades con hombres de negocios que operan en distintos países latinoamericanos de los que va a poder echar mano si, finalmente, se despide del mundo de la política. Atentos a sus posibles planes de renunciar a repetir como candidato electoral del PP, los directivos de Petróleos Mexicanos (Pemex) le han trasladado la oferta de convertirse en el hombre fuerte de la compañía en España, una invitación que encierra en el corto plazo un obstáculo nada menor, pues colisiona con la ley de Incompatibilidades de altos cargos que el difunto Manuel Fraga aprobó en el Parlamento autónomo en 1996.
Aceptar la oferta de Pemex podría violentar la ley de Incompatibilidades de la Xunta
En esta ley se precisa que durante los dos años siguientes al cese, ni el presidente de la Xunta ni sus altos cargos podrán realizar actividades relacionadas con expedientes sobre los que hayan dictado resolución ni tampoco firmar contratos de asistencia técnica, de servicios o similares con las administraciones públicas. Serio problema para aceptar el ofrecimiento, reconocen fuentes cercanas a Núñez Feijóo, salvo que esquive la ley emulando las prácticas, por ejemplo, de la exvicepresidenta económica Elena Salgado cuando fichó tres meses después de abandonar el Gobierno por la filial chilena de Endesa. No le resultaría demasiado difícil a Nuñez Feijóo seguir sus pasos puesto que Pemex no es solo una petrolera, se trata del consorcio empresarial mexicano más importante, como en los viejos tiempos fue el Instituto Nacional de Industria para España.
El principal contacto de Núñez Feijóo en Pemex es Emilio Lozoya, quien tiene previsto venir a Madrid como embajador en sustitución de Roberta Lajous. Es considerado un hombre muy cercano al actual presidente, Enrique peña Nieto, y fue, junto a Carlos Roa y José Manuel Carreras, quien condujo hace cuatro años buena parte de la negociación con el presidente de la Xunta para cerrar varios pedidos con los astilleros gallegos por importe superior a los 600 millones de euros, que han servido para mantener el empleo y suavizar la crisis en el sector naval. En el actual Gobierno en funciones se tiene la impresión de que Núñez Feijóo ha defendido bien los intereses de su tierra, teniendo además en cuenta que parte de esta negociación transcurrió paralela a la ruptura entre Pemex y Repsol, formalizada hace dos veranos después de una colaboración de décadas.
La invitación de Pemex le ha llegado de Emilio Lozoya, próximo embajador de México en España
Lozoya se ha reunido con Núñez Feijóo en las cinco ocasiones en que éste se ha desplazado a México en los últimos años y pasa parte de sus vacaciones en Galicia, donde suele encontrarse con otros mexicanos descendientes de españoles emigrados como es el caso del empresario Olegario Vázquez Raña, en cuya casa del concejo orensano de Avión se dan cita cada verano multimillonarios de la talla de Carlos Slim, amigo también de Núñez Feijóo, el dueño de Inditex, Amancio Ortega o el presidente de Banesco, el venezolano Juan Carlos Escotet, quien finalmente se quedó hace dos años y medio con Novagalicia.
Según fuentes del PP, la oferta de Pemex a Núñez Feijóo es menos atractiva, hablando de dinero, que la que le ha trasladado Amancio Ortega para que se haga cargo de la Fundación de Inditex. Sin embargo, éste último ofrecimiento tiene la ventaja de que, al tratarse de una actividad sin ánimo de lucro, ofrece al presidente de la Xunta la liberación de su cesantía una vez que transcurran dos años para, posteriormente, poder dedicarse de lleno al business.
Núñez Feijóo tiene una buena relación con el multimillonario mexicano Carlos Slim
En los negocios con México tiene puesta también la mirada otro buen amigo de Nuñez Feijóo, aunque con mucho menos prestigio que él. Se trata del exalcalde de La Coruña Carlos Negreira, que después de perder su puesto en los comicios de mayo del año pasado dejó la primera línea de la política debido al descalabro sufrido por el PP en las generales de diciembre. Este abandono llevó también implícita su renuncia a presentarse a la reelección como presidente del PP coruñés.