La presión sobre la banca española está siendo tal, que el Consejero Delegado del Banco Santander perdió ayer la paciencia con los analistas. Cuando Bloomberg le trasladaba el sentir pesimista de quienes estudian a la banca, Saenz espetó con el micro abierto: "¡que digan lo que quieran, joder!"
Ese sentimiento de acoso es compartido por otros grandes directivos de la banca española que ayer tampoco ahorraron tacos cuando leyeron los titulares de la prensa britanica. En las oficinas de una caja en Castellana también se repitió la palabra cuando se leía el titular de The Wall Street Journal que calificaba a las entidades españolas como "las peores de Europa".
Las maquinarias de los bancos trabajaron a toda velocidad para dar la vuelta a esa impresión. A las ocho de la mañana, BBVA celebraba una conference call de urgencia con los analistas; a las diez, era el Santander el que hablaba con ellos. Al cierre de la sesión, las dos bancos se disparaban en bolsa y ganaban un 9,4% y un 7,3% respectivamente.
La euforia fue tal que, de nuevo Sáenz se salió del guión: "Descorcharemos champagne" dijo para cerrar su presentación de resultados.