Son distintos rostros pero, al final, la batalla se repite. Comunidad y Ayuntamiento de Madrid vuelven a estar enfrentados como en los mejores tiempos de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Ahora los que se pelean son sus "delfines", Ignacio González y Ana Botella, respectivamente, aunque la expresidenta regional no ha dejado de dar su opinión en un tema de gran preocupación para el Consistorio: la administración de la tragedia del Madrid Arena la noche de Halloween, que se saldó con la muerte de cuatro jóvenes además de una quinta que continúa en estado muy grave. El domingo por la noche, Botella devolvió a la Comunidad esas críticas estampando su rúbrica en la hoja de firmas contra la conversión del madrileño Hospital de La Princesa en un centro especializado en personas mayores, tal y como pretende González. Y lo hizo junto a su yerno, Alejandro Agag, tras visitar a un pariente que tienen allí ingresado.
Desde el Ayuntamiento niegan en redondo que Botella "abra ni siga ninguna guerra, no es un estilo. Es una persona muy serena". Otra cosa, matizan, "es que tenga su propia opinión sobre las cosas, y si la invitan a firmar lo del Hospital y lo comparte, lo hace". El centro motivo de controversia ciudadana está en el corazón del Barrio de Salamanca, uno de los feudos electorales de los populares madrileños, amén de ser una institución de amplia tradición y referencia de la ciudad. Las mismas fuentes del entorno de Botella aluden al euro por receta que va a poner en marcha la Comunidad "aún a sabiendas de que no le iba a gustar al Gobierno central", en un intento por justificar que los choques entre adminstraciones no son nada extraño.
Hoy, el presidente de la Comunidad, Ignaciio González, ha respondido que "yo creo que la alcaldesa no se ha enterado de lo que pasa" en referencia a que el Hospital de la Princesa no se cierra sino que se reconvierte. Pero tanto tras estas palabras como tras la decisión de Botella de firmar un escrito de reivindicación de los trabajadores de ese centro hospitalario subyace el malestar creado por las críticas de Esperanza Aguirre cuando dijo que "hay que llegar al conocimiento de la verdad, caida quien caiga", en alusión a Botella y a su equipo por la tragedia del Madrid Arena, palabras que han sido intepretadas en algunos sectores como el inicio de la batalla por hacerse con la candidatura de la alcaldía de Madrid. Desde el Palacio de Correos atemperan cualquier tipo de explicación. "Desde aquí también se ha dicho que llegaremos hasta el final, lo que hay que hacer es esperar a que culminen las tres investigaciones: la policial, la interna y la parlamentaria", aducen.
Entre medias, la bronca le pilla al consejero de Sanidad de la Comunidad: Javier Fernández Lasquetty. Lo más curioso es que Lasquetty fue un hombre muy próximo a José María Aznar, tanto en el Gobierno como después. Formó parte de su equipo de gabinete en Moncloa y más tarde le acompañó a FAES donde ejerció de secretario general, hasta que fue sustituído por Jaime García legaz (actual secretario de Estado de Comercio) cuando Aguirre le llamó a su lado.