Cuando un alumno repite curso, el coste es doble para su autoestima y motivación. En las aulas de educación obligatoria andaluzas ese efecto es evidente. En nuestra región, a los 15 años, los repetidores representan el 30%, lo que posiciona a la andaluza, como la que tiene más número de repetidores, aunque en proporción a la población de sus aulas, es la tercera comunidad de España.
Que la repetición o la baja tasa de idoneidad –el dato que indica cuando la edad sí se corresponde con el curso escolar- es un lastre para la educación andaluza lo evidencia los graduados en ESO: 78,3%, por debajo de la media nacional (80,9%). El comportamiento del curso analizado 2021-22, al menos, sí confirma un alivio en las tasas de idoneidad que provocó el COVID y la no presencialidad.
Si ampliamos el zoom, Andalucía ha mejorado la evolución de los alumnos que se quedan varados en algún curso. Si comparamos las cifras con las de hace una década, la mejora es de 8.8 puntos porcentuales, pero no es suficiente. Seguimos ampliando el análisis y no hay buenas noticias: España triplica la tasa de la OCDE de repetidores en los primeros cursos de la ESO: el 7,8% frente al 2,2%, de hecho, solo Colombia nos supera.
Andalucía ha mejorado en los principales indicadores en los últimos años, pero el análisis confirma la preocupación por los repetidores, además concretamente a la edad de 17 años, la tasa neta de idoneidad –estar en el curso que corresponde- es solo del 79,8%, es decir, ya se ha producido un abandono escolar al final de la educación obligatoria. Esto evidencia que “la repetición es sinónimo de abandono”, explica Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación y responsable de esta radiografía de la educación andaluza.
El nuevo estudio presentado en la sede de CESUR viene a poner el foco en cómo la tasa de repetición y abandono escolar temprano incide en la evolución del desempleo, que en Andalucía es un drama para los jóvenes con una tasa que ronda el 40%, la peor de España tras Asturias. “Si baja tasa de graduación en la ESO, con un retroceso de dos puntos, hay que priorizar eso para influir en la tasa de paro”, valora Sancho desde la sede de la Asociación de Empresarios del Sur de España, CESUR de Sevilla.
La Ley educativa, la polémica LOMLOE o ley Celaá, establecía que repetir curso debía ser algo excepcional, pero los resultados evidencian que, tras el COVID, el sistema educativo no cuenta con herramientas suficientes para aliviar la tasa que lastra a todo el sistema y profundiza en la exclusión. Desde entidades paralelas a la educación llevan años advirtiendo de la necesidad de más soluciones en las aulas. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa) recalca que la repetición sigue cargando la mochila del alumno de estigmas negativos. Save The Children evaluó también el “nulo efecto” positivo de la repetición de curso a medida que se alarga la vida escolar.
Tanto familias como profesionales reivindican que la actual tendencia demográfica sea aprovechada para reducir la ratio de alumnos por aula. Pero Andalucía registra una ratio de alumnos por profesor del 11,3, no es un dato recomendable, de hecho, es la cuarta más elevada del país y los datos de inversión por alumno tampoco relucen. La media es de un gasto público de 6.367€, una cifra que la Junta ha incrementado en este curso en 589€, aunque sigue siendo el segundo más bajo.
Como aspectos positivos en los que la región evoluciona considerablemente, el diagnóstico apunta a las cifras de escolarización. De hecho, la tasa neta a los 2 años es la 3ª más alta de España, un 22,7% más que hace una década. El crecimiento también es notable en los Ciclos de Grados Superior y en la FP, tanto en la modalidad tradicional como la dual, Andalucía es la 4ª comunidad con mejores resultados en estos apartados.
El círculo vicioso del abandono escolar
Según el nuevo informe andaluz, el abandono escolar temprano crece como problema. El 26,9% de la población joven no completa las etapas finales de la educación (Bachillerato o FP). En total, con la ESO, la tasa de abandono es del 16,8%, es decir, en 2023 más alumnos han abandonado las aulas antes de tiempo que en los años anteriores. De nuevo, este dato deja a Andalucía por debajo de la media española (13,9%) y a una distancia sideral de 7,8 puntos para alcanzar el objetivo europeo del 9%.
Si el abandono crece, también empeora la calidad del alumnado que se queda en las aulas. Junto con el retroceso en la tasa bruta de graduación en ESO, se da el estancamiento en el nivel de población entre 20 y 29 años que alcanza la 2ª etapa de secundaria. “Se observa todavía en Andalucía, entre la población entre 25 y 64 años, un número alto de los que no han titulado en la educación secundaria superior, 42,6%, a los que corresponde una tasa alta de desempleo, 23%”, explica Sancho, que conecta la disfunción en las aulas con el sistema productivo.
Los parados que no completan la secundaria superior son muchos más que los que sí concluyen el Bachillerato, 23% respecto al 15%, eso explica que Andalucía tenga más ninis que nadie según el informe. Andalucía cuenta con una población estudiantil que en ESO, Bachillerato y FP llega casi a los 900.000 alumnos, la mayor comunidad educativa de España.