Hace solo cuatro años, la multinacional sevillana fundada en 1941 era sinónimo de crisis. Abengoa estaba pendiente de un rescate y con una sangría de trabajadores y talento que lastraba la economía andaluza. Ahora, tras la adquisición de Abengoa por el grupo COX Energy y con el liderazgo de Enrique Riquelme, las noticias de expansión internacional se suceden.
Desde Brasil llega una contratación de una infraestructura eléctrica que se traduce en 140 millones de euros y la generación de hasta 400 puestos de trabajo para la fase de construcción de la instalación, revelan desde la entidad, que ya ha dado el paso de rebautizar como COX, prescindiendo totalmente del histórico apellido Abengoa.
Se trata de la segunda concesión de líneas de transmisión que la compañía gana a lo largo del año 2024. Los proyectos contribuirán a atender las necesidades energéticas de la región de Barra, en el Valle de São Francisco, en el Estado de Bahía, conformada por la unión de 27 municipios agrupados en cuatro regiones con más de un millón de habitantes.
La concesión cuenta con una duración de tres décadas para el mantenimiento y la construcción de una extensión de la red con una nueva subestación que ofrecerá una potencia total de 500 megavoltios-amperios (MVA). El macro proyecto de Cox comenzará a desarrollarse a partir de diciembre de este año y se prevé que opere desde marzo de 2029.
Brasil como gran dorado
“Brasil es uno de los mercados por los que focalizamos nuestra actividad desde hace varios años, clave en la estrategia de la compañía y con grandes oportunidades para el futuro de la multinacional”, confiesa Enrique Riquelme, presidente ejecutivo de Cox, Enrique Riquelme. La marca ha afianzado en los últimos meses su posición en las concesiones energéticas.
Cox ha construido ya más de 30.000 kilómetros de líneas de transmisión a nivel global. De toda esa infraestructura, un tercio se encuentra en tierras brasileñas donde operan desde hace un cuarto de siglo. Además, complementa su presencia en el 5º país más grande del mundo con la filial Cox Bioenergía Brasil, especializada desde 2007 en etanol y azúcar, al norte del Estado de São Paulo, administra más de 25.000 has agrícolas y generan un empleo local directo de más de 2.000 personas.
Como utility global de agua y energía verticalmente integrada, Cox se posiciona como una de las líderes globales en gestión sostenible de recursos hídricos, especializada en tecnologías de desalinización, reutilización y tratamiento. Este mes, la marca ha decidido prescindir del nombre de Abengoa.
Hace año y medio, la multinacional protagonizó el concurso de acreedores de Abengoa, haciéndose con los activos de la empresa sevillana que había fragmentado sus activos en diversas sucursales. Cox Energy depositó ocho millones de euros y el Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla resolvió adjudicarle todos los activos de las filiales del grupo Abengoa, que estaba en fase de liquidación.
Como resultado de aquella operación se creó Coxabengoa, que solo año y medio después deja atrás a un ilustre ente de la historia empresarial y económica de España. Abengoa desaparece bajo la vertical del negocio de Cox Energy, aunque según la empresa, la marca permanecerá activa en aquellos ámbitos donde pueda generar valor de mercado.
El bautizo de la renacida multinacional trata de “visibilizar su posicionamiento en el mundo de agua y de las energías verdes, mostrando su decidido compromiso con el desarrollo sostenible”, detallan desde el Comité Ejecutivo. En los últimos meses, la empresa se ha hecho con concesiones en Marruecos, además de los logros brasileños con las renovables como principal argumento: solo en los primeros seis meses del año, la empresa presumió de un beneficio récord de 5,3 millones en el primer semestre, de los que un 57% de los ingresos proceden de la división de generación, el 26% de la actividad de comercialización de energía y autoconsumo.