Andalucía

El juez Calatayud, en el grupo de menores y porno: “Le damos en directo el Playboy a los niños de ocho años con móviles de última generación”

Emilio Calatayud, magistrado y juez de Menores de Granada, ha asegurado en el grupo de menores y porno del Parlamento de Andalucía que los únicos culpables de que los menores tengan acceso a la pornografía son los padres

  • Imagen de archivo del juez de Menores Emilio Calatayud -

Tras unas jornadas organizadas por el Consejo Audiovisual de Andalucía en las que varios expertos ofrecieron unas conclusiones demoledoras sobre los menores y el porno, el Parlamento andaluz ha creado un grupo de trabajo para intentar acabar con los estragos que el consumo de pornografía provoca en los menores andaluces. Educación, información a las familias, repercusiones legales sobre determinadas prácticas y salud son los ámbitos en los que se pretende intervenir a través de la opinión de expertos para lograr que el problema no avance e intentar erradicarlo.

En el marco de estas jornadas, el magistrado y juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud ha dejado clara su postura, ha señalado a los padres como principales culpables y ha arremetido contra psicólogos, pedagogos y políticos. Calatayud ha confesado sentirse sorprendido por el interés que desde hace un año observa sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los menores. “Lo llevo advirtiendo hace 15 años. Los móviles, las redes, los ordenadores… son una droga".

Soy fumador y no se me ha ocurrido nunca darle un Celta o un Bisonte te a mi hijo a los dos años pero hoy los padres le dan un móvil a su hijo en una terraza para que los dejen tranquilos”. Emilio Calatayud, juez de Menores

Y son esos mismos padres que luego ‘se rasgan las vestiduras’ cuando se comenten abusos sexuales o acoso en las aulas. “Si los padres son tan modernos que le compren un llama-cuelga, sin internet, porque ahora le damos en directo el Playboy a los niños de ocho años con móviles de última generación”, ha incidido.

Emilio Calatayud ha advertido que internet y los dispositivos móviles son un “instrumento muy peligroso para cometer hechos delictivos y para ser víctima de delitos”. Y ha dado varios ejemplos de casos que ha juzgado. Uno es el de un chico de 15 años que se quedó sin wifi y llamó a su madre al trabajo. Ésta dejó su trabajo para ir a casa pero no pudo arreglarlo. El hijo, para evitar que se fuera, le rompió la nariz. Además, ha asegurado que muchos chavales le han asegurado que durante el Covid, le han reconocido estar 18 horas al día enganchados al móvil.

Móviles a partir de los 14 años

Este juez de Menores de Granada ha asegurado que no se debe dar un móvil hasta que el niño tenga al menos 14 años, porque ya se le puede exigir cierta responsabilidad penal. “Un niño no tiene que tener un móvil. Es una barbaridad. Sí un llama y cuelga, pero no acceso a internet. La edad mínima debe ser al menos los 14 años, porque es a la que se les puede exigir cierta responsabilidad penal. Sin embargo, los móviles de última generación son el regalo estrella de comuniones y Reyes. ¿Quién tiene la culpa de que niños de 8 y 9 años tengan un iPhone? Los padres”.
Calatayud ha aplaudido la medida, tomada hace unos meses por el ejecutivo andaluz de prohibir los móviles en los colegios, y ha asegurado que deberían volver en los centros escolares a la pizarra de tiza. Aprovechando este hecho, ha arremetido contra las leyes de educación “¿Qué es eso de mandarle los deberes por Séneca y Classroom?. Así tenéis a los maestros, quemados y jubilándose. Los que menos interesan son los niños” ha sentenciado.

Sobre los menores y el porno

El magistrado ha asegurado que los móviles son un instrumento para cometer delitos: maltrato a los padres, acoso escolar… y también ha puesto ejemplos de casos que ha juzgado, como el de una niña de 12 años a la que su nuevo novio le pidió una prueba de amor “y no paró hasta que consiguió que le enviara un video de seis minutos masturbándose que fue colgado en redes sociales. Vieron el video casi 20.000 personas”. Calatayud ha reconocido además que las agresiones sexuales se están disparando en Andalucía entre menores a raíz de La Manada. "Además de violadores son tontos porque graban la agresión sexual”.
No ha pedido que se prohíban pero que si que se legisle ‘con sentido común”. Calatayud asegura que no entiende “¿Cómo puede una chica de 16 años abortar sin conocimiento de sus padres o cambiarse de sexo pero no comprar tabaco?”.

Chicos más ignorantes y peor educados

Al comienzo de su intervención recordando dos artículos fundamentales del Código Civil. En primer lugar, el 154, que establece que la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad, y que comprende los siguientes deberes y facultades: velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.
Y en segundo, en el que más ha incidido, el 155, que establece que lo hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre; y contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.
Por eso ha insistido en la necesidad de que los padres pongan límites a sus hijos: “Nos da miedo decirles que no. No hay que frustrarlos y aquí mucha culpa la tienen los psicólogos y pedagogos”. Calatayud ha recriminado que se hable mucho de los derechos del menor pero nada de sus obligaciones: “Se les han transmitido muchos derechos y ningún deber y se ha perdido la autoridad de los padres. No soy partidario del cachete pero confundirlo con maltrato es una auténtica barbaridad”.
Sobre la educación, ha asegurado que la responsabilidad es de los padres y que la escuela es un complemento, y ha reprochado a la clase política su falta de iniciativa en este ámbito. “Ningún partido político ha sido capaz en estos 54 años de democracia de impulsar un pacto por la educación. Cada vez tenemos chicos más ignorantes y peor educados”. Y precisamente sobre la enseñanza en las aulas ha asegurado que es necesario que los menores se esfuercen y desarrollen su capacidad de trabajo. “Si hay que suspenderlo pues se hace. La frustración es muy buena en la vida. No pasa nada. Siempre les digo a los maestros: puteadlos todo lo que podáis pero al final aprobadlos”.

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